Teacher | PAUSADA

De nuevo.

Profa: Emma Roberts en galeria.

En ese momento reaccione.

No podia caer otra vez ante el y que me humillara de la misma manera. A mi cabeza vino su cara en el momento en el que le dije que era virgen. Y me dio el valor que necesitaba. 

-Quitese, Profesor Davis- solte mientras giraba mi cabeza hacia un lado alejandome de su rostro.

-Juliet, en verdad lo siento- dijo muy cerca de mi oido. Sentia su respiracion en mi cuello haciendo que mi piel se erizara.

¿Porque el tenia ese efecto sobre mi? Realmente lo odiba, odiaba la idea que un solo toque suyo fuera suficiente para hacer que cayera rendida a sus pies.

-No... no lo haga mas dificil-  mi voz temblaba, no podia soportar tenerlo tan cerca. No podia seguir aqui, o acabaria llorando, y no queria, no queria que el me viera llorar.

-No quiero que esto acabe asi, porfavor Juliet, porfavor-.

Una lagrima rodo por mi mejilla sin poder evitarlo. Verlo a el suplicar realmente era asombroso, a un hombre como el, suplicarle  a alguien como yo.

-No llores, es lo que menos quiero- limpio la lagrima de mi mejilla, luego tomo mi barbilla y volteo mi rostro haciendo que quedaramos cara a cara, separados por unos cuantos centimetros.

Sus ojos brillaban, su rostro se veia diferente a otras veces. Esta vez era una cara de preocupacion, una preocupacion real.

Se acerco mas a mi y me dio un casto beso. El toque de sus labios me petrifico. No reaccione, no lo nege ni lo acepte. 

-Juliet... mi hermosa Juliet-. 

Sonrio. Nunca habia visto esa sonrisa, no era ni maliciosa ni socarrona, era una sonrisa dulce. Eso era lo unico que necesitaba en ese momento para caer de nuevo.

Lo tome del cuello de su camisa y lo atraje hacia mi con fuerza, lo comenze a besar con desesperacion. Me tomo de la espalda y me levanto de la silla haciendo que enrrollara mis piernas en su cintura. 

Se dio media vuelta conmigo encima y me sento en la orilla del escritorio. Con una de sus manos tiro lo que habia en el y se tumbo sobre mi. 
Continuo besandome. Sus manos recorrieron mi cuello. Se separo un momento y me observo directo a los ojos. Sus ojos brillaban de deseo. Era hermoso.

Comenzo a besarme de nuevo, y yo hice lo mismo. Sus manos comenzaron a recorrer mi espalda hasta mi pantalon. Lo desabrocho suavemente mientras lo bajaba y seguia besandome, luego siguio con mi sosten. Metio sus manos en mi blusa y desabrocho el sosten. 

Me quito la blusa junto con el sosten. Sus manos viajaron  hasta mis bragas, y me las arranco. En este momento estaba totalmente desnuda ante el.

Se aparto un poco de mi y se quito la camisa de vestir blanca que llevaba puesta de un jalon haciendo que los botones de esta salieran regados por la habitacion dejando al instante ver sus musculosos brazos y su marcado abdomen.

Siguio con su pantalon, se lo desabrocho desesperado quedando en boxers que dejaban ver su ereccion. 

Se inclino sobre mi y fue dejando besos desde mi cuello hasta mi ombligo. 

Se quito su boxers, quedando tambien el totalmente desnudo. Se acerco a mi y comenzo besandome. Mordio suavemente el lobulo de mi oreja, lo que hizo que soltara un gemido. Comenzo a entrar en mi, y ese dolor se comenzo a internarse en mi. Entro suavemente y comenzo a moverse lentamente dentro de mi.  Solte un gemido y el solto una risita. Se acerco a mi oreja y comenzo a dejar un camino de besos hasta mi boca. 
Dios, no podia estar mejor.

-Eres hermosa- Continuo besandome. Salio de mi, y comenzo a entrar de nuevo lentamente. 

-¿Estas bien?- pregunto suavemente. Asenti un poco y el continuo besandome.

Siguio moviendose lentamente dentro de mi, hasta que el sonido de la puerta nos paralizo a ambos.

Un golpe, dos golpes. La voz de John se pudo oir del otro lado de la puerta.

-Profesor Davis, necesito hablar con usted-.