Teacher | PAUSADA

¡No ahora!

John  Morgan en galeria.

Me quede paralizada. 

John estaba del otro lado de la puerta mientras yo y Davis estabamos aqui, desnudos.

Voltee a ver a Davis con los ojos abiertos como platos mientras el sonreia de lado de forma burlona.

Me aparte rapidamente de el y comenze a recoger mi ropa que estaba en el suelo. Me cubri con ella mientras veia a Davis esperando que me señalara un lugar en el cual podia cambiarme y esconderme. 

-En esa puerta caoba- contesto con cara de poker.

Me diriji rapidamente a la puerta y la cerre lentamente detras de mi tratando de no hacer ruido. Podria escuchar lo que pasaba en la habitacion. Escuche de nuevo otro toque en la puerta y la voz de John.

-Profesor Davis, necesito hablar con usted ¿esta ahi?- pregunto con un tono de voz mas fuerte.

-Espereme Señor Morgan- contesto Davis con su mismo tono de siempre, autoritario y tranquilo.

Despues de unos segundos escuche el sonido de la puerta de madera abrirse. 

-¿Que quiere?-.

-Necesito hablar con usted, Profesor Davis- la voz de John se notaba un poco intranquila y ansiosa.

-No tengo mucho tiempo, asi que, al grano Señor Morgan- contesto.

Escuche unos pasos y despues el sonido de la puerta cerrarse, asi que supuse que estaban en la habitacion. Comenze a temblar. El hecho que John estuviera en la misma habitacion que yo, mientras claramente yo me encontraba en una situacion muy comprometedora, me ponia nerviosa y mas si el Profesor Davis se encontraba de por medio.

-Tengo que hablarle sobre Juliet- escuchar mi nombre me puso aun mas alerta- me parece que la ha estado tratando demasiado mal como para ser una alumna recien ingresada. Tambien, quiero ser yo quien le ayude a ponerse al corriente en Lenguas, ya que se me hace mas apro...-.

-¿Y quien le pidio su opinion, Señor Morgan?- interrumpio el Profesor Davis, su voz se escuchaba verdaderamente alterada.

-Profesor se que usted y Juliet han tenido algunos problemas y no creo que sea conveniente que ella este recibiendo las tutorias de alguien con quien realmente no tiene una buen comunion y no le agrada.- contesto John. Su voz sonaba seguro mientras decia esto y recalcaba "no le agrada".

-¿Y que le hace pensar que no le agrado a la Señorita Crawford?- su tono de voz era burlona y solto una pequeña carcajadita que intimidaria a cualquiera.

-La he visto Profesor- contesto John- aparte no creo que se exprese de alguien que le cae bien como ella lo hace de usted.

-No me interesa lo que me tenga que decir Señor Morgan, las cosas se van a quedar tal y como estan hasta ahorita, y si eso era lo unico que tenia que hablar conmigo, retirese- el tono de voz que el Profesor Davis estaba usando no dejaba ninguna duda de que el estaba realmente molesto.

Entonces fue cuando me di cuenta de que iba a tener problemas cuando saliera de este cuarto. 

Se escucharon unos pasos y despues, la puerta cerrarse bruscamente.

Esuche los pasos del Profesor Davis caminar hacia donde yo estaba, y rapidamente, antes de que el intentara abrir la puerta, le puse seguro.

-Abre la puerta Juliet- su voz aun sonaba alterada y usaba un tono autoritario.

-Aun no termino de vestirme- conteste mientras intentaba ponerme la ropa lo mas rapido que podia.

Sus pasos se alejaron de nuevo y solte el aire que estaba conteniendo. Cuando termine de vestirme, que fue unos minutos despues, la habitacion estaba en un absoluto silencio, haciendo que me pusiera aun mas nerviosa de lo que ya estaba. 

Abri lentamente la puerta.

El Profesor Davis estaba sentado en un sofa que se encontraba en la habitacion con la mirada clavada en el suelo. Llevaba la camisa blanca desabrochada con el smoking negro encima, y los pantalones un poco desalineados. 

-Ya termine- di unos pequeños pasos hacia el y me quede de pie frente a el.

 No levanto la cabeza, siguio en su postura, como si no le hubiera dicho nada, absorto en sus pensamientos, de los cuales tenia bastante curiosidad.

-Juliet- dijo sin levantar la mirada- ¿que es lo que has dicho de mi que hace sentirse tan seguro a John de que me odias?- estaba vez su mirada se encontro con la mia.

Sus ojos no brillaban como antes, esta vez se encontraban apagados y en su mirada se podia encontrar un poco de dolor.

-Que importa eso- comenze a jugar con mis manos temblorosas tratando de ocultarlo un poco.

-Juliet, ¡claro que importa!- grito mientras se ponia de pie frente a mi y clavaba su mirada en mi haciendome sentir intimidada.

-No importa, Davis- tome su rostro entre mis manos tratando de tranquilizarlo usando todo el valor que logre encontrar.

-Importa mucho lo que pienses de mi- agacho la cabeza mientras besaba mi mano.

-Pienso que eres increible. No importa lo que haya pensado antes, esto es lo que creo ahora- le di un casto beso en los labios y me puse de pie.

-¿Eso que quiere decir?- dijo sonriente.

No podia comprometerme a decir nada mas, asi que tuve que cambiar de tema.

-Quiere decir que me tengo que ir- solte mientras sonreia y caminaba hacia la puerta.

Antes de que pudiera girar el pomo para abrir, Davis me detuvo por el codo y me hizo girarme. Una vez mas estaba entre la puerta y el.

-Vas a volver ¿cierto?- Pregunto mientras besaba mi cuello.

-Claro que si- sonrei.

Me dio un casto beso.

-Entonces te seguire viendo- dijo sonriendo. Volvio a darme un beso.

Asenti lentamente mientras sonreia y me di la vuelta para salir de la oficina.

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-Juliet, tienes visita. Lo deje pasar, esta en tu cuarto- mi madre estaba en la mesa haciendo unos informes, y por lo que veo, estaba muy contenta.

Subi corriendo las escaleras y me detuve frente a la puerta de mi cuarto para luego abrirla lentamente.

Entre y ahi estaba John, sentado en la cama, con la mirada perdida en alguna parte.

-Hey John ¿que tal?- dije amablemente mientras me sentaba al lado de la cama.

-¿Que hacias en la oficina de Davis?- pregunto secamente. Su mirada seguia clavada en alguna parte.

-¿Que dices?- pregunte nerviosamente. Mis manos comenzaron a temblar y el mundo me daba vueltas.

No podia ser. No ahora. John no podia saber que yo tenia algo que ver con el profesor Davis, no queria arruinar nuestra amistad. ¡No, por favor!

-Vamos Juliet, no mientas. Vi tu chamarra en su oficina-.