Venganza - Parte 2... "Ahora dependo de ti"

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Al término de la clase intente literalmente salir corriendo, pero la voz de Davis me detuvo al instante.
Muerta de miedo me di la media vuelta encontrandome con sus, ya muy conocidos para mi, ojos azules llenos de rabia.

-¿Que sucede profesor?- solté intentando sonar confundida.

-¡No te hagas estúpida Juliet!- dio un salto de la silla y se puso de pie frente a mi con los puños cerrados y los nudillos blancos.

No quería ni levantar la mirada con el fin de no encontrarme con su rostro lleno de furia.

-No se de que... de que me habla pro... profesor- mi voz temblaba al igual que todo mi cuerpo, en especial mis manos que estaban pálidas.

Davis comenzó a caminar de un lado a otro por todo el aula, su respiración estaba tan agitada que era capaz de escucharla.

-No voy a discutir esto aqui contigo, te espero en la salida- soltó, su voz está vez era más tranquila y su respiración mas controlada.

Pero me rehusaba a hacer todo lo que el dijiera, no iba a venir, eso era obvio.

-No puedo, tengo cosas que hacer- me encogí de hombros tratando de restarle importancia aunque sabía que hacer esto era declararle la guerra a Davis.

-No te estoy preguntando- me miró fijamente por un segundo y tranquilamente se sentó en su escritorio- ahora vayase que me estorba.

Caminé por el pasillo temblando de miedo y de rabia ¿cómo podía ser tan maldito e infeliz?
Pensé en rechazar su oferta y no ir al final de clases, pero él siempre me había humillado y tratado como si no valiera nada y no le importara, así que ahora va la mía.

                            ******
Al final de clases caminé hacia la oficina de Davis, mis piernas temblaban y mis manos estaba literalmente cubiertas de sudor, estaba muerta de miedo.
Llegué frente a la puerta y tome una gran bocanada de aire mientras empuje la puerta, Davis se levantó de la mesa y caminó apresuradamente hacia mi y cerró la puerta detrás.
Con una de sus manos me tomo del cuello y me puso contra la pared. Una de sus malditas costumbres.

-No es a ese niño a quien quieres, no es él- afirmó y sus manos se posaron en mis mejillas.

-Tú no sabes a quién quiero- Levanté mi barbilla tratando de imponerme.

-¡Pero no es a John!- gritó y su mano bajaron hasta mi cadera mientras con la otra seguía sosteniendo mi cara -Es a mi- sus labios se acercaron un poco más y sentí su aliento en mi rostro.

Gire mi cara haciendo que Davis soltara un suspiro.
-¿Qué es lo que tengo qué hacer?- su voz sonó desesperada y pasó una mano por su rostro.

-No tienes que hacer nada, no quiero estar contigo - traté que mi voz sonara convincente, pero a quien engañaba, no quería a John, lo quería a él.
-No Juliet, mi Juliet- volvió a acercarse más y está vez plantó un beso rápido, volví a girar mi cara para separarme de él.

Camino a su escritorio y comenzó a respirar agitadamente.
-¡No puede ser que lo hayas besado! ¡Eres mía!- gritó mientras comenzaba a alterarse de nuevo.

-No soy tuya- me alejé de la pared mientras unía mis manos tratando de que pararan de temblar. No podía verme vulnerable, tenía que ser fuerte y no volver a caer en sus trampas.

Giro su cabeza rápidamente y caminó hacia mi con pasos apresurados.
-Dime que alguien más te ha hecho sentir lo que yo hago, dimelo y te juro que te dejo tranquila-

Su boca se acercó más a mi y sus labios estaban rozando los mios, una de sus manos recorrieron mi espalda y la otra tocó mi cuello. Mi piel estaba erizada, no podía pensar mientras el estaba cerca, no podía.
Solté un suspiro. Él sonrió al ver que no respondía a su pregunta.

-No voy a alejarme de ti - besó mis labios suavemente, hice mi mayor esfuerzo y me alejé de nuevo.
No podía olvidar todo lo que me ha hecho pasar, me ha humillado como nunca nadie, y aunque no quiera tengo que alejarme de él.

-Quiero que me dejes en paz, no quiero volver a saber nada de ti ¿por qué no lo entiendes?- solté desesperada y trate de separarme de él.

Negó con la cabeza y un mechón de su cabello cayó por su frente.
-No puedo, ahora dependo de ti, por más que trate de negarlo- soltó.

Teacher | PAUSADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora