13.

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Harry se encontraba encerrado en uno de los cubículos del baño de hombres, sus ojos estaban rojos e hinchados y estaba hecho un desastre, desde su cabello hasta sus zapatos.

No quería salir, su pesadilla había vuelto, el solo quería que se aleje de su vida. Tenía mucho miedo.

El solo ver esos ojos llenos de maldad otra vez, se sintió débil, mucho más que lo usual. No podía evitar recordar todo lo ocurrido, todas esas veces que le pedía por favor que se alejara, que no lo tocara, que él podía hacer lo que quisiese pero si se lo pedía. Dave lo obligaba a tener relaciones sexuales, a tocarlo, lo obligaba a estar desnudo todo el día, a dormir en la bañera, en el piso, a comer desde un tazón para perros y beber agua sucia. Su vida era un infierno junto a él.

Pero él estaba acostumbrado a eso, por eso quizás cada vez que lo golpeaban no le dolía, no hasta que los dolores se hiciesen insoportables, casi toda su vida fue abusado física, sexual y mentalmente.

Lo único que le dolía era el lado izquierdo de su pecho, su corazón estaba roto.

El solo sonreía porque quería ser feliz, sonreía porque quería ocultar el dolor de su alma. Fingía.

Quizás en los únicos momentos que no fingía era cuando estaba junto a Louis y sus tres mejores amigos. Ahí si sonreía de verdad aunque todo el cuerpo le doliese por los golpes. Aunque se sintiese una basura, un trapo viejo.

Él era de esas personas que pensaban que todo podía solucionarse con una sonrisa, aunque fuese fingida, ¿A quién no le gusta sonreír o ver a las personas que quieres sonreír?

Sintió unos pasos cerca y una voz conocida.

-Hazz, ¿Estás aquí?-El rizado no contesto, solo alzo su pie y con este golpeo la puerta del sanitario para que Louis notara su presencia. Este se percató de aquello y abrió la puerta lentamente, para luego encontrarse con un Harry frágil e indefenso, acurrucado en un rincón con su cabello cubriendo su rostro y toda su ropa hecha un verdadero desastre, pero a no le importo el lugar, ni las condiciones en las que se encontraba el más alto, solo se sentó junto a él y lo envolvió en un cálido abrazo. Mientras le decía en un susurro que se oía mas como una melodía ante los oídos del oji-verde "Estoy contigo pequeño, todo estará bien"

Estuvieron así durante unos largos minutos, varios chicos entraban y salían del lugar pero se limitaban a cuestionar algo o preguntar por ayuda. Solo los miraban raro. A ellos no les importo.

-N-no quiero Lou, n-no.-repetía el rizado, su voz se oía apagada y eso le dolía. La estaba pasando muy mal.

-Ya Hazz, no tienes que forzarte a hablar, estoy aquí, trata de calmarte y luego hablaremos ¿De acuerdo?-este asintió con la cabeza.-Estoy aquí y no voy a dejarte

El mayor acariciaba con suma delicadeza el cabello de Harry, sus húmedas mejillas y también sus nudillos. Quería hacerlo sentir protegido. Estaba ahí, lo cuidaría, en él estaba su objetivo, y debía cumplirlo, al principio quizás si era solo por obligación, pero ahora iba más allá de eso, él quería ayudarlo, protegerlo, hacerlo sentir querido al menos una vez. No iba a temerle ni a su padre, ni a Dave, ni a nadie.

Louis no le temía a nada más que al tiempo.

Y quizás si las cosas salían bien su tiempo con Harry se iría acabando, por más irónico que suene. Así era.

El timbre sonó y era hora de tomar la siguiente materia, pero ninguno de los chicos se presentó al auditorio, y Louis sabía que tenía que rendir su examen, pero también sabía que daba igual si los rendía o no. Ese no era su objetivo de todos modos.

Let Me See, Lou.[L.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora