6. "Día 5"

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Harry sonreía dormido, era algo que solía hacer cuando soñaba con alguien o algo especial, como Louis.

-Louis

-¿Me recuerdas?

-Nunca olvidaría a mi ángel guardián.

-¿En serio?-me sonrió con sus ojos llenos de brillo y felicidad.

-Completamente.-dije depositando un beso en su mejilla.

Louis se acercó a mí lentamente, haciendo que nuestros espacios comenzaran a achicarse, que nuestras miradas comenzaran a fundirse en una sola.

Cuando de pronto un ringtoné comenzó a sonar de fondo...

Y la maldita alarma había interrumpido el grandioso sueño del rizado, como unas miles de veces anteriores.

Harry se removió perezoso entre las cobijas, por un lado el hermoso sueño que tenía había sido interrumpido, y por el otro porque no quería levantarse de su tan cálida y cómoda cama.

Cuando por fin desperezo todo su cuerpo, pudo levantarse de su lecho, sintiendo como sus vellos se erizaban al sentir el cambio de clima, hoy sería un día bastante helado.

Hoy sería un nuevo día, un especial y nuevo día, porque vería a louis y él le daría lo siguiente de la lista, y el rizado no podía esperar un momento más para poder ver el pequeño secreto tras todo eso. El necesitaba verlo, era una persona muy curiosa, entusiasta y alegre.

Pero había un gran problema con él, toda su alegría se derrumbaba cuando llegaba a su casa, y oía a su madre gritar y llorar, como su padre la vivía culpando de todo lo que ocurría, y sobre todo, las cosas empeoraban cuando el intentaba hacer algo, porque su padre sacaba su cinto y comenzaba a lastimarle la espalda y los muslos, como castigo, un castigo de dios según el.

Su padre creía que si el recibía ese castigo, dios lo perdonaría por ser homosexual, Harry era homosexual, y su padre creía que estaba enfermo, que el dolor físico podía curarlo.

Pero él no lograba darse cuenta de que el enfermo era solo él, nadie más que él.

Harry no podía hacer nada, su madre lo defendía cuantas veces podía, pero estaban solos, agobiados, porque el padre del rizado era jefe del ejército, y no había manera de que alguien pudiese creerles a ellos todo lo que ocurría.

Pero quizás hoy sería un día diferente para Harry, porque hoy sus tres mejores amigos venían a la ciudad de visita, y el tendría tiempo para que ellos y Louis se conozcan, y podría hacer que se entablara una aún más grande amistad.

Aunque Harry no pudiese ser solo un amigo para Louis.

(...)

Su padre no estaba en las mañanas, el solo estaba en su casa a partir de las 7pm, horario en que Harry llegaba de la universidad usualmente, y él quisiera con toda su vida poder irse a vivir a otro lado, o poder quedarse en casa de amigos, pero esas cosas no podían pasar, no mientras el viva bajo la burbuja de su padre.

Su madre tampoco estaba en las mañanas, por lo que el debía levantarse solo y prepararse todo lo que necesitara, algo que no le costaba en lo absoluto porque él era muy útil para la cocina, la limpieza y obviamente el estudio, eran cosas que se le facilitaban para su suerte.

La noche anterior su padre no lo había golpeado, pero no por piedad, solo porque habían llegado de visita amigos de la familia, las visitas eran su salvación.

Se levantó finalmente y antes de hacer cualquier otra cosa, abrió el grifo de la ducha y saco de su ropero algunas prendas para el día de hoy

El solía bañarse dos veces al día, porque el agua tibia calmaba sus heridas y ahí era el único lugar en donde podía mostrar sus sentimientos sin miedo, podía llorar sin temor, podía ser él.

Let Me See, Lou.[L.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora