Capítulo 6: Hola, Señor Iglesias. ¿Nos quedamos solos?

2.1K 55 22
                                    

Capítulo 6: Pablo

Pablo había despertado con dolor de cabeza. No le gustaba salir en prensa, era agotador. Tras desayunar un breve té, su cabeza no podía hacer otra cosa que volver a Pedro. Tal vez se estaba enamorando.

Ay, Pedro joder. ¿Por qué tienes que ser así?¿Por qué te tuve tan cerca y a la vez tan lejos? He de reconocer que ayer me perdía mientras hablabas. Tenía que pedirte que respetaras los turnos por decir algo, porque no pareciera que estaba petrificado mirándote, aunque he visto algún vídeo y en alguno se nota muchísimo que mi mirada se pierde en ti. En tu manera de hablar, tu fuerza, la manera en la que tensas las manos, tu mirada fija y pretendiendo ser segura. ¿Por qué crees que a penas hablé?¿Tú crees que se puede mantener la calma con semejante hombre como tú al lado? Y sí, se que estuve con Juanqui, pero él no es nada comparado contigo. Ojalá sintieras lo mismo... Me encantó aquél día en la Moncloa, o me encanta cuando eliges ponerte a mi lado en ruedas de prensa... Yo contigo pactaba si sintieras lo mismo.

Buf, ¿Con quién hablo? Si él tiene esposa, hijos y, sobre todo, es mi rival. No, no puede ser. Es un amor imposible. De todas formas, le voy a escribir algo. Quizá responda, aunque ayer no dijo nada sobre mi mensaje final...

Y buscando cualquier excusa, Pablo se decantó por preguntarle por las encuestas, por si sabía alguna noticia nueva. Era un tema neutral pero que podía dar mucho juego. Acto seguido se preparó para recibir a Íñigo. Había mucho que preparar para los siguientes días.

Hacia las diez de la mañana, ambos estaban trabajando juntos. Íñigo era un buen amigo, y el único que sabía todas las aventuras de Pablo. De hecho, fue él el que le animó a dejarlo con Tania Sánchez, pues no le parecía justo que él la siguiera utilizando como tapadera cuando en realidad había una tensión sexual enorme con Monedero.

Cuando esto ocurrió, Tania no se enfadó, pues aunque era celosa, le daba menos importancia sabiendo que Pablo a partir de entonces estaría con hombres. También hay que añadir que era bastante liberal. Por ello, desde que Pablo salió del armario, todos quedaron en no contar nada y dejar el tema para el ámbito privado.

Íñigo: - Oye, Pablo, Juanqui me ha estado preguntando por ti, creo que incluso tiene un par de cartas o poemas... ¿No habéis si quiera pensado en volver?

Pablo: No, compañero. Ya sabes que Juanqui para mí fue como mi iniciación. Que no te digo que el sexo con él fuera malo, de hecho me siguen poniendo mucho sus gafas redonditas. Pero creo que él terminó pensando lo que no era, y yo debería habérselo dejado claro desde un principio...

Íñigo: - Vamos que como lo que se dice entre los de mi quinta, Juanqui fue un folleteo, ¿No? ¿Y hay alguien por ahí en mente? Es que te veo apagado, y me preocupo, Pablo... Sabes que somos amigos.

Pablo: - Ay, Íñigo, no te me acarameles que ya te dije en su día que si no fuera porque eres de mis mejores amigos y nos conocemos demasiado te habría tirado ya un par de fichas, y eso que tienes loquita a media España... Y no, no hay nadie especial. Es difícil siendo quién soy. Pocas cosas pueden ser privadas. Aunque...

Y en ese momento, sonó un mensaje.

'Hola Señor Iglesias. Soy Pedro. Si puedo serle sincero aún no tengo ni idea sobre ninguna encuesta, aunque ni siquiera me importan... He tenido un mal día y no puedo hablar con nadie, están todos liadísimos preparando cosas para mítines...Ah, y gracias por mandarme el minuto final de tu mitin. Lo re escuché anoche antes de dormir. Emocionante y rompedor, aunque, por supuesto, me quedo con mi partido.'

'Hola Pedro. Llámame Pablo.Vaya, cuánto lo siento. Espero que no estés muy mal. De todas formas y como señal de solidaridad con los de abajo, con los futuros perdedores, si quieres podríamos tomar un café en un rato y así debatir qué mensaje fue mejor. Claro que, por supuesto, acabarás aceptando que fue el mío.'

'Me parece estupendo. Pero si puede ser, te pediría que no fuera en ningún lugar público. Por la imagen y esas cosas...'

'Vale, no te preocupes, mi casa está siempre libre. Quedamos a las 17h. Te mando la ubicación. Estamos ahora Íñigo y yo. No sé cuánto más se quedará, si hay algún problema, le echo :-P'

Íñigo: - ¿Qué lees que sonríes tanto?¿Encuestas?¿Vamos bien? -

Pablo: - Ehmm... No, bueno, sí, bueno... Ay, qué digo... Sí, sí. Encuestas, vamos bastante bien, sí.

Íñigo: - ¿Va todo bien, Pablo? Te noto... Nervioso...

Pablo: - Qué va, qué va, compañero, es sólo cansancio. Creo que voy a echarme un rato, no me encuentro muy bien... ¿Te importa si seguimos maña...

En ese momento sonó el timbre. Pablo hizo un gesto para que íñigo no pudiera leer su móvil y vio la respuesta de Pedro.

'Hala, pero si estoy a dos calles. ¿Te importa que me pase ahora? Ahora es cuando menos gente hay en las calles, luego a las 17h me preocupa más, porque muchos salen del trabajo. ¿Hola?¿Hola? Bueno, nos vemos ahora...'

Mierda.

Pablo: - Oye, Íñigo, ¿Te importa si te pido que te vayas? Tengo una visita importante...

El timbre volvió a sonar.

Íñigo: - ¿Una visita importante? ¿Es de la prensa o algo así? No me habías dicho nada, y siempre me cuentas estas cosas...

Pablo: - Qué va, qué va. Es... Personal. Ya te contaré.

Íñigo: - Bueno, pero recuerda que mañana sí o sí hay que hacer balance de las encuestas...

Y en ese momento no sonó el timbre del portal, si no que el sonido cambió para convertirse en aquél que Pablo reconocía como el de su propia casa.

Pedro: - Pablo, ¿Estás ahí? No puedo hablar muy alto, ¿Puedes abrirme?

íñigo: - ¿Esa es la voz de Pedro Sanchez?¿Qué está pasando aquí?

Pablo: - (Mierda). Vale, a ver, Íñigo, no es lo que parece. Es puramente profesional pero como comprenderás no da buena imagen... Ya te explicaré.

Diciendo esto, Pablo abrió la puerta y en el entorno creció un silencio sepulcral. Un silencio en tensión. Íñigo, que siempre tiene respuesta para todo, no pudo hacer más que salir sin decir nada.

Pedro: -¿Todo bien? -

Pablo: - Por supuesto. Pasa.

Pablo y Pedro se quedaron solos.





Peblo, un amor imposible.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora