Capítulo 11: Pedro y Pablo.
Pablo estaba en su casa ultimando los preparativos para una noche en la que no temía que el alcohol corriese por su garganta. Iba a estar con Pedro, y eso le emocionaba. Había comprado diferentes tipos de cerveza, pues no sabía cual era la preferida de su amor. También, y por si acaso, había traído consigo alguna que otra botella de más, con algo más de alcohol, por si se animaba la cosa.
Eran casi las 23h y él esperaba ansioso. Acababa de ducharse y aún tenía el pelo húmedo, recogido, como siempre, en esa coleta tan característica. No podía imaginar desatársela con Pedro, sería tan sexy, le pondría tanto... En cuanto a la ropa, había elegido una similar a la del debate, o a la de siempre: Camisa, cinturón, y unos vaqueros. Aunque en esta ocasión, y debido a tratarse de un "ámbito personal" y no profesional, apostó por desabrochársela un poquito, sólo los primeros dos botones, aunque ya dejaban al descubierto parte de su pecho. Esa noche sí que quería estar rompedor, y no en debates y entrevistas.
Llegaron las once y Pedro no aparecía. Las once y cuarto. Las once y veinte...
"Hola Pedro! Soy Pablo. ¿Vienes al final? Pensaba que habíamos quedado a las once..."
Marcado como leído. No contestado.
Joder, ¿Habré hecho algo mal? Ya decía yo que todo esto era demasiado bueno para ser cierto. No sé cómo me he podido pensar todo eso de él. ¿Interesarse por mí? Alguien que aún tiene mujer, hijos... ¡Y sobre todo que es hetero y tiene un ego de la leche! Es como el Errejón de las señoras, bueno, de las señoras y de los señores, y de Pablo Iglesias... Pero es que hoy ha sido tan bonito tenerle en mi sofá, ver que aunque seamos de distintas siglas ambos queremos un cambio parecido... Que podríamos echar a la derecha...Juntos...Juntos éramos hegemonía, joder...
Pablo se sentó en la mesa de la cocina. Miraba cada dos por tres el móvil, pero no había respuesta. Al ver que llegaban las doce entendió que ya no aparecería. Se entristeció, cogió una cerveza y se dirigió a su habitación, a ponerse una ropa más cómoda para dormir.
Sabía que ocurriría. No sé por qué me hice ilusiones. Una cosa es ilusionarse con la política, que vale, se me da bien. Pero otra cosa muy distinta es el amor, y en eso parece que no soy tan bueno... Ojalá fuera tan fácil como dar clase en la universidad, si fuera así le tenía en el bote enseguida...
Llegó a la habitación y se quitó la camisa. No le importó dejarla tirada en el suelo, no estaba de humor. Sólo quería dormir. A continuación se quitó los vaqueros y lo cambió por un pantalón sencillo de chandal. Se metió en la cama, pero recordó que había olvidado el teléfono y que debía de poner el despertador.
Volvió a la cocina y vio que tenía un mensaje. Era de un número desconocido.
"Hola, ya sabes quien soy. Espérame, no tardo. Estuvimos hasta tarde y me quedé sin batería."
Vio que el mensaje era de hacía más de media hora, por lo que casi con el corazón saliéndose por la boca corrió a su habitación a arreglarse. En ese momento sonó el timbre de su puerta. Se paró en seco.
Mierda, mierda, mierda, no me da tiempo a cambiarme... Tengo que correr...
Pablo: ¡Ya voy!
Joder, joder, joder ya bastante tiempo hemos perdido para estar juntos para que ahora tenga que esperar a que me cambie y me arregle... ¡Espera! Hmm, quizá no debería de arreglarme. Al fin y al cabo somos hombres. Él llega tarde y perfectamente podría estar durmiendo ya y él podría haberme despertado. Además así estoy muy sexy... Sí, decidido, esta noche me verá tal y como estoy ahora.
Acto seguido, abrió la puerta.
Pedro: - Ho.. hola Pablo, lo siento, no sé si viste mi mensaje...
Pablo: - Qué va, pensaba que ya no vendrías. No estaba dormido pero ya en la cama. No te esperaba.
Pedro: - Lo siento, entre los análisis del debate, barajar las opciones que nos quedan y una charla de hora y media para intentar ver cómo arreglamos el patinazo...
Pablo: - Vaya, entiendo... ¿Nos sentamos?¿Quieres una cerveza?
Pedro: - ¡Claro, que sean varias! Y si tienes algo con más alcohol, tampoco te lo rechazaría. Necesito desconectar...
Pablo: - ¡Pues no se habla más! Aquí tienes, y a olvidar.
Dijo Pablo levantando una copa. Ambos empezaron a beber, al principio en silencio y bajo la tenue luz de una lámpara. Después comenzaron a comentar cosas del debate, del día a día.
Pero a Pedro se le veía triste, y eso preocupaba a Pablo. Mientras tanto, Pedro no sabía por qué, pero cuando Pablo estaba cerca se sentía mejor. Podían ser de siglas diferentes, pero en el ámbito personal ambos combatían contra lo mismo. La soledad, los medios, el agotamiento, la gente interesada a su alrededor... La prensa, aprenderse textos, propuestas... Era difícil. Sin embargo, esa noche todo parecía un poco más fácil.
Pablo: -Te veo apagado, Pedro. ¿Va todo bien?
Pedro: - Más que nadie tú sabes lo que me pasa, Pablo. Estoy cansado. Cansado de las campañas, de los medios, de tener que tener siempre una sonrisa en la cara. De aparentar ser fuerte en los debates cuando en realidad no puedo con mi alma.
Pablo:- Ahora mismo en el ámbito profesional podría utilizar todo eso contra ti, lo sabes, ¿No?
Pedro: Jajaja, muy gracioso... Quizá yo también pueda contar que te vi semidesnudo, con el pelo revuelto en una coleta mal hecha y bebiendo...
En ese momento Pablo se alegró de no haberse arreglado. Pedro se había fijado en él, y, aunque al principio no sabía si para bien o para mal, poco a poco descubrió las miradas de Pedro. De reojo, tan solo, pero bastante claras. Y éstas aumentaban a medida que aumentaba el alcohol.
Pablo: - ¿Qué pasa, Pedro? Que veo que me miras mucho...
Pedro: - Jajaja, nada, compañero, pues porque ¡Sí se puede! joder, ¡Sí se puede!
Pablo: - ¿Me estás imitando, cabrón?
Pedro: - Qué va, para eso necesitaría una coleta y pintas de hippy jajaja
Pablo: - Muy gracioso, casta, que eres casta compañero jajaja
Pedro: - Oye, a mí no me hagas Podemita con lo de "compañero", eh, ¡Que te reviento!...
Pablo: - Jajaja, no te hagas el malote como en el debate, anda...
Pedro: - ¿Cómo en el debate? Pues bien calladito que estabas tú mirándome...
Pablo: - Y bien que nos soltamos unos cuantos "cállate"... Aunque prefería haberte dicho otra cosa...
Pedro: - ¿El qué?
En ese momento, ambos estaban sentados en el sofá, el uno junto al otro. El corazón de Pablo latía descontroladamente, por culpa del alcohol todo había ido muy lejos. ¿O tal vez no era el alcohol y era simplemente encontrarse tan a gusto con alguien después de tanto tiempo? Pedro pensaba que alguien le entendía, que Pablo era alguien con quien podía reir, que estaba ahí... Y que, a decir verdad, debajo de su camisa escondía un cuerpo mejor del que Pedro había imaginado...
Se miraron, ambos estaban a gusto pese a la situación de ligue, o de borrachera en la que se había convertido todo...
Pablo: - Cállame.
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Peblo, un amor imposible.
FanfictionLa historia de un amor imposible. De la contradicción entre tus ideales y tu corazón. Entre el deber y el hacer. Celos, traición, elecciones muy cercanas... Y tensión, mucha tensión: Pablo ama a Sanchez pero éste no tiene claros sus sentimientos. Mi...