Peblo, un amor imposible.

Capítulo 8: Juntos seríamos hegemonía

Capítulo 8: Pablo

No me lo puedo creer, está aquí, en mi casa. Está triste, y puedo animarle.

Pedro está aquí, y además me escuchó cuando le mandé el discurso... No me lo puedo creer... ¿Estaré bien peinado?¿Le gustará la coleta o debería desmelenarme? No estoy sudando, ¿No? Que vaya cagada la del debate... Aunque bueno, eso demostró que soy persona, como todos...

Pedro: - Y eso ha sido... He decidido darme un tiempo con mi mujer, sinceramente ya no veo las cosas claras. Supongo que tú mejor que nadie sabes como estresan estas cosas de las campañas: Que si ir de un lado a otro, que si el mitin allí, que si el mitin allá, que si preparar una entrevista, exponer tus ideas en otra...

¿Qué?¿Que el líder del PSOE está libre, sin compromiso y triste? Qué bien le queda la camisa, por cierto. Le hace un cuello... Y se nota que va al gimnasio, menudos brazos... Y los labios, madre mía, qué labios... Si fuera por mí, le dedicaba un poema de los de Juanqui aquí mismo... Espero no aparentar estar tan perdido como en el debate...

Pablo: - Vaya, lo siento. Sí, supongo que nadie te entiende mejor que yo. También está Albert o Soraya pero ellos son casta pura, de derechas, ya sabes...

Pedro: - Claro, por eso te he escrito hoy a ti. Creo que pese a nuestras diferencias lo que buscamos en esencia es de izquierdas. Pero buf, me agobia tanto todo a veces... Y esto te lo digo en privado, pero verles siempre intentando ser tan perfectos, tan hijos de papá, con sus Mercedes, sus coches oficiales, estar en el gobierno...¡ES QUE NO LO AGUANTO, PABLO! ¡Sí es cierto que necesitamos un cambio!

Pablo: - Eh, Pedro, cálmate, si te entiendo, de verás. Si te calmas verás que tenemos muchas cosas en común al final. Ambos queremos ese cambio... Ninguno de los dos queremos cuatro años más de gobiernos de derechas. No tiene sentido que peleemos. Además... Sabes perfectamente que podemos conseguir más si trabajamos... Juntos.