Prologo.

757 36 1
                                    

Cada ves que ponga entre paréntesis es lo que ella esta pensando.

-Hola me llamo Keila Andersen y mi color favorito es el color rojo (como tu sangre). Me gustan las muñecas de porcelana (porque dependen de alguien para que no se rompan). Tengo el pelo negro (como la oscuridad de la noche), piel muy muy blanca (que se manchara con tu deliciosa sangre) y por ultimo tengo 9 años (y haré que grites hasta que no puedas mas).

Todo empezó cuando tenia tan solo 3 meses, mi mamá simplemente no me quería y un día lluvioso me dejo botada en la puerta de un orfanato donde una amargada señora me recogió todo en mi orfanato iba bastante mal hasta que a los 6 años asesine "sin querer" a uno de mis compañeros, el siempre me estaba molestando merecía morir. Recién le había sacado punta a mi lápiz mina estaba muy afilado, aproveche que estábamos solos y le enterré el lápiz en el ojo. Los médicos dijeron que el lápiz le traspaso el cerebro y murió. Como todos sabían que el me molestaba, decidieron interrogarme a mi primero. Me preguntaban toda clase de cosas pero yo no tomaba atención, solo pensaba en lo increíble que me sentí cuando por su ojo empezó a salir un chorro de sangre y el exquisito sonido de la punta de mi lápiz rompiéndose en su cerebro.
Recordé donde estaba, puse los pies en la tierra y mire a los oficiales que seguían preguntándome cosas. Me miraron y yo los mire, sonreí fríamente y dije "crack crack crack", ese fue el sonido de la punta de mi lápiz rompiéndose en su cerebro.

Me sacaron de la habitación donde estábamos y fui de vuelta a mi pieza, ahí me estaban esperando todas mis amigas, las muñecas de porcelana.

Cartas SuicidasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora