Un aire frío recorrió mi cuerpo, la noche caía sobre la ciudad, el sol comenzaba a irse, y la luna tomaba su lugar. Y ahí estaba yo, buscando la casa del chico que había roto mi corazón. Luke.
Con un puño en mi mano golpee la puerta de la casa del rubio, mordí mi labio. Al abrirse la puerta, el rostro cansado y cariñoso de Liz ayudó a calmarme.
— ¡Michael, Cariño! — exclamó con una sonrisa. — ¡Cuántos años sin verte! — me abrazo.
— Liz, te extrañé mucho — y no mentía, ella era como mi mamá, de hecho, hacía años, ella era la que se preocupaba más de mi.— muchos años... — murmuré haciendo una mueca.
— ¿Buscas a Luke? — me miró aún sonriente.
— Uhm... Si. — rasque mi nuca. El nerviosismo me invadió nuevamente.
Ella hizo un gesto indicándome que entrara a la casa de mi "amigo", yo sonreí ante el gesto de la mujer. Entre en silencio y mire a mi alrededor, todo seguía igual, era un hogar para mí.
Luke.
Estaba actuando como un tonto, y no podía evitarlo, me enojaba que Michael fuera de esa manera, se veía tan... Maricón. Con todos esos gatos y esas palabras, me dan ganas de golpearlo.
Yo estaba cambiado, y era algo que no iba a negar, con el tiempo uno aprende cosas nuevas, y uno decide si quiere aprender de las buenas o de las malas.
Sara. Su nombre hizo un agujero en mi cerebro, ¿por qué me atormentaba ese nombre? Cuando escuchaba "Sara", un balde de agua caía sobre mi.
El sonido de la puerta abriéndose hizo que mis pensamientos desaparecieran.
— ¿Qué mierda haces aquí? — murmuré con algo de rabia, al ver a Michael.
— Yo... Necesito que me hagas un favor — suplico. Por el brillo en sus ojos, pude notar que nada bueno pasaba. Suspire.
— ¿Qué tienes? — rodee los ojos, en forma de aprobación para escuchar sus problemas.
— Mi papá quiere echarme de casa por mis gatos... — murmuró el con un hilo de voz, estaba asustado, él sabía que en cualquier momento lo iba a mandar a la mierda.
— ¿Y qué quieres que haga yo con esto? — levante una ceja mirándolo de una manera amenazadora.
— ¿Pu-puedo quedarme aquí unos días? Te prometo que no molestare, hasta que encuentre un lugar donde quedarme... Juro que solo serán unos días... — su mirada suplicante hizo que mi corazón se encogiera.— Por favor, Luke, te necesito...
— ¿Traerás a tus gatos? —lo mire directo a los ojos.
— Solo por unos días, Luke, por favor —suplico ya con lágrimas en los ojos.
Suspire.
— Vale, vale, está bien, pero solo unos días.— los ojos se Michael se iluminaron, como por arte de magia sus lágrimas desaparecieron.
— ¡Gracias, gracias, gracias Luke! — repetía una y otra vez.
— ¿Me enseñarás a amar? — las palabras salieron como si nada de mis labios. ¿Qué demonios había dicho?
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❁ cats ❁ muke
FanfictionA Mike le encantaban los gatos, eran su vida. Luke no entendía el porque.