Vivían uno enfrente del otro.
Tom siempre mantenía la cortina cerrada de su ventana, para que ningún bicho del exterior entrara a su habitación.
Bill abría la ventana de par en par, cada noche y salía al balcón. Disfrutaba como aquel frío viento removía su cabellera . Se acomodaba en los barrotes del barandal,y llevaba la cabeza hacia atrás para poder observar, a la luna.
