9.- Madrid - Barcelona

461 21 11
                                    

Andreu lleva todo el día dándole vueltas a lo que ha visto. No sabe qué pensar. A lo mejor era una broma entre las chicas... Al fin y al cabo son amigas desde hace años. Aún así no le gusta.
Paseando por la casa, pensativo, decide ir a buscar su portátil. Observa las fotos, preocupado, y decide contestar al email:
"Esto no demuestra nada... ¿Tienes algo más? Te lo agradecería en el alma".
Envía el email y va a hablar con su mujer al salón.
-Qué tal nena - Andreu se acerca y le da un beso. - ¿Cómo ha ido por Madrid?
Silvia le mira, nerviosa. Una cosa es engañarle sin que se entere y otra mentirle en la cara.
-Bien, con los compañeros del programa. Al final fuimos todos.
-Ah, qué bien.
Silvia desvía su atención hacia la niña, que está jugando en la alfombra con sus muñecas.
Silvia es la que peor lo pasa con todo esto. Le duele mentirle a su marido, aunque ya no siente lo mismo cuando le besa; le duele hacerle daño a Ana, y dejarla sola porque tiene que volver a su vida de casada; pero cuando mira a su hija, que sólo tiene dos años, se le cae el mundo encima. Cuando ve que empieza a hiperventilar y a sentir lo rápido que le late el corazón, Silvia se levanta del sillón, acaricia el pelo de su hija y sale al jardín.
Detrás de una maceta tiene un paquete de tabaco escondido. Lleva meses sin fumar, pero lo tiene para emergencias. Saca el teléfono y llama a Ana, que contesta al segundo tono.
-Hola amor!- saluda la morena, emocionada.
-Hola nena. - Silvia respira hondo, intentando calmarse, y le da una calada al cigarro. - Me alegro de oírte.
-¿Cómo estás? ¿Qué tal la vuelta?- Ana suena ansiosa. Dada la situación, cualquier tono raro da lugar a pensar que algo va mal.
-Bueno, un poco más dura de lo que esperaba, la verdad... - Silvia suena triste.
Ana se queda en silencio un momento.
-¿Quieres que lo hablemos? - dice en tono cauteloso.
-En realidad, no. Porque es más de lo mismo, nena. Y no me parece bien cargártelo a ti...
Ana está de acuerdo. No quiere ser egoísta, pero escuchar los problemas matrimoniales de la mujer con la que tiene una aventura le viene grande.
-Si quieres hablar, conmigo sabes que puedes...- dice poco convencida.
-Sólo quería escuchar tu voz. Me tranquiliza.
Ana sonríe al otro lado del teléfono.
-Bueno, un día menos, preciosa. Estoy deseando coger el AVE a Barna otra vez.
Silvia la escucha embobada. Acaba su cigarro de una calada larga y lo apaga en la maceta.
-¿Estás fumando?- dice Ana divertida.
-Que descanses, morena. Te veo el martes.
Silvia cuelga el teléfono y respira hondo. ¿Cuándo se le fue su propia vida de las manos? Ella que pensaba que lo tenía todo controlado, que por fin había sentado la cabeza. "Y llega la morena ésta y me rompe los esquemas".

Silvia se mete en la cama y abre el libro por el marca páginas. Lleva un par de hojas cuando Andreu entra.
-Qué lees.
Silvia le dedica una sonrisa educada, pero no le contesta. Entonces él se mete en la cama y le quita el libro.
-Hazle un poco de caso a tu marido, ¿No?
Y entonces la empieza a besar con agresividad.
-Ay, déjame. - Silvia se molesta. Su marido nunca ha sido así.
Andreu la tumba y se sube encima de ella, quitándole la camiseta mientras ella opone resistencia.
-Andreu que te he dicho que no quiero. No seas pesado. - Ella intenta quitarle de encima suya, sin resultado.
-Pues yo sí quiero, así que no haberte ido. - Le habla con voz autoritaria, cosa que a ella le asusta.
Silvia se resigna y se le caen las lágrimas mientras Andreu se desahoga con ella.

Ana llega al plató de TCMS, caminando rápido para buscar a su chica. Entra en la sala de descanso, pero no la ve. Saluda rápidamente a sus compañeros y pregunta por Silvia.
"Ensayo con Ángel". La morena asiente y sale corriendo, en busca de la sala de ensayo.
-Ángel, me tengo que llevar a Silvia un momento - dice Ana abriendo la puerta. Tiene la cara medio roja de la carrera. Coge a Silvia del brazo y la saca al pasillo.
-Ana, estás como una cabra.
-Cállate.
Ana la empieza a besar con pasión en mitad del pasillo.
-Aquí no, por favor - susurra Silvia. - Déjame acabar el ensayo y te busco en la sala de descanso.
Ana sonríe y asiente como una niña.
- Ahora te veo, Silvi!- Ana se va trotando, como una colegiala.

Cuando Silvia entra en la sala, Ana está dormida en el sofá. Ella se sienta a su lado y la acaricia la cara unos segundos, hasta que cambia de estrategia.
-¡Mi amor! ¡Despierta!- Silvia la agita de forma cómica hasta que la morena abre los ojos. Entonces empieza a reirse de forma escandalosa. Ana la abraza y se mueve hasta sentarse encima de ella, rodeándola con las piernas.
Ana le coge la cara con las dos manos y la empieza a besar. Sólo han sido dos días, pero se le han hecho eternos.
Silvia nota cómo el nudo de su estómago se deshace al besar a su chica y sentir su calor. El mismo nudo que se le formó nada más irse de Madrid.
-No podía esperar más sin verte - le confiesa Ana, pegada a su boca, con la respiración entrecortada.
-Lo mismo digo, mi chica.
La pareja retoma el beso hasta que acaban tumbadas, Ana encima de Silvia, con las manos de ésta en su culo. Sus besos se van haciendo más y más apasionados, olvidándose del resto del mundo.
Les parece oir el sonido de la puerta abriéndose, pero no hacen caso y no oyen a nadie entrar.

La jornada ha acabado y todos abandonan el estudio.
Ana y Silvia salen las últimas.
-¿Te quedas a dormir conmigo?- le pide Ana.
Silvia la mira, dubitativa.
-Nena, no sé qué hacer... Las cosas en casa están raras.
Ana mira hacia otro lado, no queriendo oir el resto de la conversación.
-Ana, te quiero contar una cosa. Como amiga aunque sea, pero te lo tengo que contar - Silvia coge aire, intentando calmarse.- Anoche... Andreu se pasó de la raya.
Ana se para en seco, escuchando a su chica, quien rompe a llorar después de contárselo.
-Qué cabrón!! - grita la morena con rabia. -Esta noche duermes conmigo, no hay más que hablar. - Ana la agarra del brazo y reanuda la marcha. Le hierve la sangre.
-A lo mejor estoy reaccionando de forma exagerada... -Silvia se siente culpable por engañar a su marido, y siente que se merece que la trate así.
-Silvia, un no es un no. Siempre. Y eso no es discutible. - la sujeta suavemente de los hombros y la besa en los labios. - Vámonos al hotel, vemos una película y nos dormimos, vale? -Ana le acaricia la cara con el dorso de la mano y sonríe.
Silvia se aferra a su brazo y la sigue.

Andreu relee el mensaje que Silvia le acaba de mandar. Su enfado crece por momentos.
<Voy a salir con las chicas, me quedaré a dormir en el hotel. Mañana te veo.>
"Se debe pensar que soy gilipollas". Andreu se encarga de las tareas hasta que acuesta a la niña; entonces tiene un ratito para relajarse.
Está navegando por internet cuando le salta una notificación del email.

"¿Quieres más pruebas? A ver si te vale con esto. Lo siento, amigo."
Hay 20 fotos adjuntas al archivo. Andreu empieza a verlas, frunciendo el ceño y llenándose de ira.
"Hija de puta!!" Exclama en voz alta.
Entonces contesta al email aporreando las teclas del portátil.

"Gracias, de verdad. Me has hecho abrir los ojos. Esta zorra se va a enterar."

Tu Cara Me EncantaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora