El recital (decisiones)

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 Narra Liv*

Sufjan Stevens-justice delivers its death (silver and gold).

Tenia días pensativa, no podía alejar de mi mente la reacción de Daniel al confirmar que Sam y yo estamos juntos. Podía jurar haber escuchado un lamento salir de su pecho. Quería saber exactamente que pasaba por su cabeza en ese momento, como cuando lees un libro y esta la perspectiva de la otra persona, salvo que aquí no hay ninguna vocecilla en mi mente y esto es la vida real. De no ser por mi recital que por cierto es hoy, juraría me quedaría en mi cama acostada todo el día sin mover ni un solo dedo. Pero el show tiene que seguir y esta seria mi oportunidad.

El teatro estaba lleno de gente, podías ver familiares sonriendo, gente tomando fotos, niños corriendo y uno que otro que solo iba por la comida gratis de la recepción, principalmente eran las señoras, tías de alguien. Me adentre a los camerinos para alistarme, peinado, maquillaje y el vestuario. Encontré a Lily y a Marissa, decidimos apoderarnos de un cubículo para poder dejar nuestras cosas seguras y poder cambiarnos. Al salir vimos de lejos a Edgar y nos dirigimos a saludarlo.

-Hey tu, que estas guapísimo Edgar-le dije saludándolo.

-Si vaya que te miras muy bien-continuo Marissa.

-Se supone que tu pene se marque así con el pantalón?-pregunto Lily a lo que todos volteamos a mirar el paquete de Edgar.-es solo que parece relleno con calcetines.

No aguante la risa y estalle a carcajadas, a lo que gane que varias chicas de ahí me miraran con mala gana. Que amargadas pensé.

-Si querida, todo esto es natural de no ser porque tienes vagina y no mides 1.80 podría mostrarte, amenos que seas muy valiente y te pongas una bolsa en la cabeza entonces ahí si me apunto-replico Edgar. 

-Si bueno vale no eres mi tipo-dijo Lily.

-Mi amor soy el tipo de todas y todos-se jacto mi amigo.

-Vale que nos esperan y el show tiene que empezar-dije.

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Tras acabar la presentación, la cual estuvo increíble y nos ovacionaron de pie por un largo tiempo, y por cierto mi madre no vino a lo que agradecí las reuniones de sociedad. Me dirigí a los camerinos a cambiar mi ropa y mis amigas se me habían adelantado, yo había quedado con unos profesores a hablar acerca de mi rendimiento y lo mucho que les gusto mi interpretación. Al llegar a mi cubículo note que prácticamente estaba sola en aquel lugar, así que me quite el maquillaje y el tocado del cabello. Estaba por bajar la cremallera trasera del traje pero algo llamo mi atención, una silueta.

-Quería decirte que el te esta esperando afuera, tu amigo lo esta interrogando.

-Y tu que haces aquí?-dije temblorosa.

-Quería verte a solas, quería felicitarte por lo bien que bailaste, sabia que eras especial.-dijo aproximándose.

-Gracias pero, creo debo cambiar mi ropa -me dispuse a bajar el cierre, si frente a el, pero estaba atorado.

-Buscas ayuda?-me dijo con una sonrisa socarrona.-deja te ayudo princesa.

Me di la media vuelta, con el corazón latiendo a mil por hora. Juraría que se me iba a salir lo sentía hasta por la garganta, las manos me sudaban y ya se me había saltado la vena del cuello. Mi cuerpo no dejaba de temblar y eso que el no había tocado ninguna fibra de mi. Lo vi por el espejo aproximarse y anticipe su tacto en mi piel. Dispuso a bajarme el cierre y podía sentir su aliento en mi nuca, algo pasaba en mi vientre, podía sentir un cosquilleo y todo mi ser se sentía caliente. Conforme iba bajando el cierre lentamente, sus dedos rozaban la piel de mi espalda y en el aire se sentía una energía que me atraía a el, quería mas necesitaba mas de el. Termino con el cierre y vi mover sus manos a mis hombros para bajar los tirantes, sabia que el estaba igual de excitado que yo al momento que sentí su miembro clavarse en mis nalgas y sentirlo duro. Por un momento me olvide de todo, me olvide de donde estábamos, quien eramos, con quien estábamos y que se suponía lo que mi corazón y mi cuerpo anhelaban no estaba bien. Con el perdía noción del tiempo, del espacio y mi cuerpo respondía de una forma salvaje y bélica. Hice contacto con sus ojos, esos ojos hermosos que me transportaban hacia otras dimensiones. Vi dilatarse las pupilas y su mirada era intensa, la mía iba directamente a sus manos y sus labios. Los míos ardían y exijian los suyos. Se acerco a mi muy lentamente al oído.

-Hubiera dado lo que fuera, hubiera dado todo mi ser por que tu fueras mía y no de el. 

-Hubiera dado mi vida por que me miraras a mi , por que me amaras a mi, por que tus labios anhelaran los míos y por tocar tu piel sin ninguna restricción.

Cada palabra que pronunciaba era una suplica, era un reproche y una promesa. Me derretía por dentro, me quemaba y me desquiciaba. Estaba con uno y anhelaba a otro, quería a uno y buscaba a otro. No sabia que hacer, no podía pronunciar palabra alguna así que calle. Calle por miedo, por estupidez, por inmadurez, por no afrontar este torbellino de sentimientos. Una triste lagrima caía por mi mejilla pero no podía moverme, solo lo veía a el, a su reflejo en el espejo mirándome, exigiendo una respuesta.

-Yo, y-yo.-tartamudeaba.

-Tu estas con el y yo no tengo nada...NADA.-me susurro.

Con un deje de tristeza lo vi alejarse y dejarme ahí, sola con mis pensamientos, con mis miedos. Estaba con uno así lo había decidido, no podía cambiarlo, no poda traicionar la confianza que me habían dado. Y algo dentro de mi se quebró.

Daniel.......


DE LA NADA AL CIELO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora