Volando alto

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Narra Liv*

Lo Fang- You are the one that I want


Después de besarnos, Daniel hizo que me dirigiera con los ojos cerrados hacia el comedor del departamento. Solo esperaba a que no fuera lo de antes, es decir si era muy lindo lo de aquella vez pero realmente quería algo especial. Seria que era muy quisquillosa o tal vez era el sentimiento del romanticismo lo que me movía. 

No estaba segura que esperar, a decir verdad las sorpresas no me gustaban para nada. Quería aguantar lo mas pero me desespere y abrí de apoco mis ojos. Ajuste la vista para poder admirar lo que había dispuesto para esa noche. Me encontré una iluminación de lo mas romántica y personal. La mesa estaba acomodada para dos. De un extremo había un enorme ramo de rosas y peonias en blanco y rosa, era algo hermoso de admirar. Habia dos copas de vino servidas y velas al rededor. Daniel personalmente había cocinado pasta alfredo para nuestra cena y me daba mucha ternura el empeño que había puesto en todos los detalles. Desde la iluminación hasta el postre se había lucido y si eso no fuera lo de menos, su vestimenta era lo que mas me encantaba, había elegido un pantalón de mezclilla oscuro  y su saco era color camello de gamuza, la blusa era color blanca y tenia los primeros dos botones abiertos. Todo en el me encantaba desde los zapatos formales color café hasta su cabello despeinado. Me acerque a el y bese su mejilla izquierda. Pude persivir un olor a colonia de lo mas exquisita y el sabia que me volvía loca ese tipo de detalles. 

Ya no sabia que sentía dentro de mi, si era la urgencia por comer o era el revoloteo de hormonas. Era como un harlemshake de mariposas con jugos gástricos. 

El como todo un caballero aparto la silla para que me sentara y después el me acompaño a la mesa. Cenamos de lo mas lindo y pasamos un rato muy agradable. Claro no podíamos dejar pasar nuestro humor ácido pero fuera de eso todo fue perfecto.

Ya llevabamos toda una botella de vino tinto e íbamos por la segunda. No sabia que tenia esta tolerancia por el alcohol pero que diablos se sentía muy bien. Reía de mas lo podía notar y Daniel creo también. No se que me delato si era la risa explosiva o que aplaudía como tonta cuando lo hacia. Hubo un punto entre el postre y la segunda botella en la que me sentí un poco mareada y quise retirarme al baño así que Daniel tuvo que acompañarme. Entre las risas y que nos habíamos ladeado al caminar pude llegar sana y salva antes de tener un accidente ahí en medio de su sala. 

Ya me dispuse a salir un poco mas tranquila y ahí estaba el esperándome.

-Creí que necesitarías a tu caballero con armadura, así que aquí estoy princesa.-oh este hombre es tan perfecto para mi.

Me hizo reír pero no como antes. No supe que me había pasado por la mente en ese momento pero cuando el se adelanto lo cogí de la solapa del saco y junte su cuerpo con el mio. Ya no tenia control y lo bese. Nuestros labios hicieron conexión y no pararon ahí. Fue un beso con pasión y urgente. Decido y con determinación. Ya estábamos fuera de si, solo sentía las manos de Daniel rozar cada parte de mi cuerpo. Lo hacia despacio con adoración, con mucho respeto y haciéndome sentir especial. Entre el muro del pasillo y la puerta de su recamara hubo mucho intercambio de besos y caricias. Sabia que me entregaría a el y estaba bien. Eramos nosotros en nuestro pequeño mundo. 

Me deposito con tal cariño en su cama. Como si me fuera a romper, que ni sentí cuando se había desvestido el y cuando comenzó a hacerlo conmigo. El calor que desprendían sus dedos al rozar mi piel era tanto que sentía que enfermaría en ese momento. Sentía mi corazón latir tan fuerte que juraría lo sentía punzar en mis oídos y atorarse en mi garganta. Perdí todo conocimiento de tiempo y espacio. Ya no eran besos de una tímida, eran besos de una mujer siendo amada. Lo sentí entrar en mi y me produjo miles de sensaciones, desde un hormigueo hasta punzadas de placer. Quise gemir y gritar al mismo tiempo y ya no sabia ni lo que hacia. Sin duda el vino nos quito las inhibiciones que teníamos al principio y nos dio valor para ir por mas. 

Escuchaba a Daniel susurrarme al oído todo tipo de cosas. Declaraciones de amor y declaraciones morbosas sobre mi y mi cuerpo que hacían volverme loca. No quera que parara pero cada que tocaba fondo era una suplica para que me dejara ir con el. Sentía correr por mi frente y mi espalda gotas de sudor. Todo era tan erótico que sentí que soñaba. Jamas habíamos estado así y no quiero decir que había sido malo lo que teníamos antes, pero sin duda esta parte de nosotros no la conocía. 

-Por favor Daniel....

Gemía y le suplicaba mi liberación o la nuestra al oído. Suplicaba por que no me dejara, por que fuera a si siempre, por comenzar una vida con el y terminar una vida con el. Al cabo de unos minutos de agonía los dos saciamos nuestros placeres.

-Liv te amo, te amo tanto que no creo que te des cuenta de cuanto.

-Solo por ti mi amor y solo para ti.

Nos dijimos un par de cosas mas pero ya no lo escuchaba. Comencé a caer en un sueño profundo y exquisito ahí en la cama de Daniel, en sus brazos y respirando el mismo aire....de nuevo.

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A la mañana siguiente me levante de lo mas temprano con una energía que jamas había visto. Si me sentía de lo mas linda y aparte llena de amor. Me dirigí a la cocina a preparar el desayuno. No tardo mucho para que Daniel se uniera a mi y me hiciera perder concentración pero me daba igual.

-Ven siéntate, hice huevos con tocino y unos panqueques.

-Oye tu no quieres alimentarme, quieres volverme gordo.-me decía riendo.-seguro me quieres rellenar con comida para que nadie mas me vea.

-Por dios no seas tan meloso, y claro que te relleno con comida pero para que ruedes de gordo y venderte por kilo.-le dije riendo.

-Ves, ves como eres mamona no se te puede decir a ti nada por que luego empiezas con tus bromitas, luego por que uno las priva de los placeres carnales.-lo decía ofendido.

-Cálmate ni que te haya dicho algo malo, ademas de cuando acá tu no me regresas la muestra de amor.

-Desde que ya soy libre de la empresa de papa por un tiempo y puedo hacer mi sueño realidad.

Lo que me dijo me dejo con la boca abierta. Estaba de lo mas feliz por el, por que por fin iba a realizar su sueño. 

-Fantástico esto hay que celebrarlo....oh por cierto te he traído algo.-le dije de lo mas emocionada.

Corrí hasta la entrada donde había dejado mi chaqueta y busque por las bolsas para sacar la pequeña caja color negro con lazo dorado. Regrese corriendo como chiquilla en navidad, así toda emocionada y se lo entregue. Daniel lo abrió y si antes sonreía ahora era algo mas. Me regalo una mirada de lo mas tierna y un beso en los labios. 

Decidí terminar mi desayuno y no me percate que el se había levantado de la silla donde estaba. Cuando lo mire le sonreí ya que apuntaba hacia mi con su cámara. Tendría que ser la segunda foto que tenia mía y eso me hacia querer que tuviera miles y no solo mía sino de los dos.

La mañana transcurrió de lo mas tranquila. Ahora seria que nos mantendríamos así por un tiempo. O hasta que algo o alguien viniera a desestabilizarnos. 


DE LA NADA AL CIELO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora