Una vez terminado mi nombramiento oficial, que estaba bien cortito... "Caballero velador condicionado de la Princesa", el Rey salió de escena y me quedé admirando la vista con Elena, ella se me acercó y me abrazó
E: -Tu victoria era esperada, lo que no me esperaba es que pudieras atacar y proteger al mismo tiempo-
R: -Yo tampoco me esperaba eso... Estoy algo cansado, ¿crees que me den agua en la cocina?-
E: -Vamos, yo te guiaré y te llevaré a recorrer todo el castillo-
Elena me tomó del brazo y me llevó así todo el trayecto de la torre a la cocina, en el camino me mostró las recámaras reales y los cuartos de criados, mientras me mostraba estos últimos le dije dos cosas
R:- Vaya, son mejor que mi anterior casa... Bueno, que la que tuve alguna vez-
E: -Es cierto, que te quedaste sin casa hoy justamente... Lamento eso-
R: -¿Crees que me dejen quedarme en alguno de esos cuartos?-
E: -Posiblemente sí-
En eso apareció la Princesa de la nada y me dirigió una mirada de desaprobación
M: -Si quieres puedes usar uno de estos cuartos, me gustaría más que tener que dormir junto a tu habitación-
R: - Discúlpeme pero no entiendo-
M: -Ahora eres mi escolta personal recuerdas... Todo por ganarme en ese estupido duelo que no prueba nada, se supone que debes usa la habitación que esta junto a la mía por si algo llegara a pasarme-
Me quedé sin que decir... Lo bueno es que Elena está conmigo y me salvó de parecer imbécil
E:-Disculpelo Princesa, es que tiene seca la garganta, lo llevaré a la cocina para que tome agua-
M: - Como sea-
Elena me tomó del brazo y me jaló hasta la cocina, me estaba sirviendo un tarro de agua simple ya que nunca me ha llamado la atención beber, por alguna razón presiento que alguien me está observando...
R: -Elena... Ven...-
Ella me miró consternada y se acercó a mi sin preguntar, la tome por la cintura y de un giro la puse detrás de mi mientras desenvainaba mi espada para bloquear algo que presentí... La roca cayó cortada a la mitad y una criada con su uniforme puesto apareció
S: -Ay por dios pero que increíble... Tú debes ser el nuevo escolta de la princesa, por cierto me llamó Siesta-
Volví a enfundar mi espada y Elena me miraba toda sonrojada de lo cerca que estuvo de mi, pero se controló y se pasó a un lado mío
R: -Mucho gusto Siesta... ¿Esa piedra es tuya?-
S: -Sí... Disculpa soy algo curiosa para ciertos asuntos, lo bueno es que tienes reflejos bastante buenos-
Terminé de beber mi tarro de agua y le dije
R: -Eso supongo... Oye ¿Dónde me puedo dar una ducha? Es que me siento muy sudado-
Elena inmediatamente se me pegó al brazo y Siesta se quedó muda
E: -Yo te llevo, aún no termina el recorrido-
S: -Primero permíteme mostraré tu habitación, no querrás salir desnudo y sin saber a dónde ir...-
R: -¿Ya tengo habitación?-
S: -Sí, de hecho vengo de arreglarla-
Lo siento Elena, pero tiene razón esta vez... Los tres fuimos caminando hasta la puerta de una habitación, al llegar Siesta abrió la puerta
S:- Es aquí-
Vaya es mucho mejor que mi antigua casa, es más grande y acogedora, con una mesita para escribir cartas y otra para tomar el té, Siesta me mostró todas las instalaciones de mi nuevo hogar y me mostró los artículos de baño, el baño por cierto era enorme y fácil se podrían bañar seis personas ahí... Acabado el recorrido Siesta se despidió diciendo que debía ayudar en la preparación del festín de esta noche, Elena y yo nos quedamos solos
R: -Vaya, es genial este lugar-
E:-Supongo...-
R:-Oye, quisiera darme una ducha, tengo que lavar las heridas que me causó el coliseo y la Princesa-
E: -Claro, yo esperaré por ahí-
Me metí al baño que dejé precalentando para no tener que esperar, me quité la ropa sucia que traía ya que Siesta me proporcionó una vestimenta igual pero nueva y limpia, cuando me comencé limpiarme los raspones me sorprendí de ver que estaban curados y la única herida profunda que tenía estaba cicatrizada, eso es nuevo.
Me senté en un banquito para limpiar mi espalda cuando sentí algo muy suave frotarla... Era algo blando y muy cómodo, volteé y era la voluptuosidad de Elena la que limpiaba mi espalda
E: -Hola-
R: -Elena... ¡Elena!... Pero qué...-
E: -Es que quería ayudarte a limpiarte, yo también estaba algo sucia por el polvo del coliseo así que aproveché para limpiarnos juntos-
Ay dios mío
Continuará
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Caballeros, Magos y Dragones
FantasyHace ya mucho tiempo, cuando los dragones y la magia existían el mundo estaba divido en dos grandes tribus, los mortales que podían controlar la magia y los que nacían para pelear. No obstante los mortales con dominio de la magia eran llamados Arcan...