Los lios del Caballero

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R: -Elena...-

E:- Rafael...-

Eran esas las palabras que salían continuamente entre susurros de nuestros labios, Elena mantenía la constante presión de sus pechos sobre mi espada con el pretexto de que me estaba ayudando a limpiarme, la sensación era divina pues con el mínimo rose de sus voluptuosos pechos de tez blanca sobre mi espalda provocaban inmediatamente en mi una sensación de escalofrío bastante placentera, sólo podía musitar unas palabras entre cortadas

R:-Por favor... Detente-

E:-¿Eso... quieres?-

Estoy a punto de explotar y dejarme llevar por los encantos de esta hermosa Elfa

E: -Ven... Déjame... limpiarte completamente-

Ya no lo resisto, necesito pensar todo antes de perder la cordura por completo, no debes dejarte llevar, no debes hacerlo, resiste. En eso Elena me mordió una oreja sólo con los labios . . .

R: -Suficiente, ahora es mi turno...-

E: -Rafael... Ya te habías tardado...-

Me giré medio círculo para que Elena quedara frente a mi, con una sola mirada hice que el rubor apareciera en sus mejillas, tomé un poco de agua con espuma de jabón y la vertí sobre sus hombros para que escurriera por todo su cuerpo

E: -Está fría-

R: -Permíteme ayudarte con eso-

Comencé a frotar mis manos en sus delicados brazos de arriba a abajo mientras ella gemía de vez en cuando, después pasé a frotar sus torneadas piernas del mismo modo y ella exclamaba gemidos más fuertes cada vez, subí por sus caderas hasta sus bien definidos senos y cuando los rosé ella musitó muy fuerte un gemido

R: -Baja la voz... No queremos que nos escuchen o ¿si?-

E: -Entonces bésame para callarme-

Seguía moviendo mis manos sobre su voluptuosidad, al mismo tiempo comencé a besarla por el cuello lentamente para así subir a sus labios y justo a un pulgar de lograr el cometido Siesta apareció en la puerta

S: -¿Está todo bien?-

Miré a Elena y me separé de ella, nos envolvíamos en las toallas que Siesta nos había dejado y a como pude con sólo del torso hacia abajo cubierto le abrí la puerta del baño sin revelar que Elena estuviera dentro

R: -Emm sí, ¿Pasa algo?-

Ella se sonrojó cuando me vio en toalla

S: -Sólo me mandó la Princesa a recordarle que el banquete será en unos momentos-

R: -Por supuesto, gracias... Pero espera, deja de usar el usted y hablame de tu-

S: -Como usted... Como digas-

R: -Gracias, bajo en un momento-

Siesta se fue y miré a Elena, ambos sabíamos que este encuentro había llegado a su fin, salimos del baño y pues ya no había nada que ocultar así que nos vestimos en el mismo aposento, salimos de la habitación y Elena volvió a colgarse de mi brazo y me susurró al oído

E: -Me hubiese gustado que fueras mi primer experiencia-

Suficiente... Quiero volver a ese baño

R: -¿Por qué lo dices?-

E: -Has sido el único chico que provoca la aceleración en el latido de mi corazón cuando estoy cerca-

R: -¿Lo dices en serio?-

E: -"Non mentior"-

Elena hablaba en la lengua nativa de los Magos y Elfos, el caso es que no me piensa mentir y yo le creo, comenzamos a caminar y llegamos a la sala del banquete... En mi vida había visto tanta comida, no puedo evitar intentar tomar un pedazo de carne y cuando lo iba a lograr Elena me dio un manotazo

E: -Esperate a que inicie el festín-

R: -Uhmm... Vale-

Pasaron al rededor de 5 minutos para que el rey llegara y todos los invitados de honor también aparecieran, Eso incluye a la Princesa

M: -Veo que no sabes dónde debes comer, por allá están los sirvientes del castillo-

Vale que ya me esperaba esto, dejé a Elena sentada en una silla y me fui a la sección de VIP de la prole, osea nada de nacos, no podía soportar la risa interna por decir esa frase como si fuera una niña mimada, llegue a donde se me indicó y allí estaba Siesta sirviendo los platos, la abracé por la espalda y le dije

R: -Entonces ¿Que hay de comer?-

Ella se quedó atónita al verme en la misma mesa que ella y sólo alcanzó a balbucear

S: -Carne, agua y verduras-

R: -Que no se diga más, hagamos nuestro propio festín-

Siesta me miró sin saber que decir y sin entender lo que iba a hacer

Continuará

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