Todos corrían por los pasillos. Desde fuera se podían sentir los nervios a flor de piel que había. Estábamos listos para esto. Íbamos a conseguirlo.
Me dirigí a mi camerino. Sally ya me había dejado todo listo. Mi traje. Mis puntas. Mis pasadores. Mi maquillaje.
Pero me seguía faltando lo que yo más necesitaba. Lo necesitaba para triunfar.
Alguien tocó mi puerta.
-Señorita Price, primer acto en 40 minutos.
Tenía 40 minutos, no sé si para arreglarme o para convencerme de qué podía hacerlo sin ello.
Me coloqué mi traje.
Verdaderamente parecía un cisne. El maillot₁ lleno de pedrería de diamantes, palabra de honor, unido directamente al tutú blanco nieve continuado con las preciosas piedras era impecable.
El tul₂ era un tono blanco roto para que quedase más perfecto el contraste del cisne.
Sally me había colocado todo el maquillaje perfectamente ordenado, pieza por pieza.Me hice el moño trenzado y pegado en la parte baja de la cabeza, como tradicionalmente se hace.
Me esparcí por la cara la base líquida de polvos de talco para dar el tono de cisne.
Todavía me acuerdo de aquel día, el día en el que vi la fotografía de mi abuela Mara situada en lo alto de su salón.
* * *
Tendría alrededor de siete u ocho años. Yo estaba tranquilamente jugando y rondando por la casa de mis abuelos, cuando alcé la cabeza para contemplar algo que había visto por el rabillo del ojo.
Ahí estaba, se trataba de una fotografía tomada en el año 1972, como bien ponía en el pie de foto.
Era una fotografía en blanco y negro, tomada en el momento justo en el que una bailarina realizaba una posición intacta y hermosa.
Llevaba un maquillaje de ojos muy extraños, con unos adornos en la cabeza que lo asemejaban a plumas negras.
En los pies llevaba unas extrañas zapatillas y se sostenía sobre ellas.
Era lo más parecido a un cisne, pero oscuro.
En ese momento me quedé inmóvil allí de pie. Fue entonces cuando la abuela Mara entró, y al verme allí sorprendida, lanzó una sonrisa espléndida y se sentó a mi lado, en el sillón donde ella solía coser.
-Pequeña Jackie, ¿Sabes quién es esa joven bailarina?
-No abuela.
-Soy yo cariño, en el mejor día de mi vida, antes de tener a tu madre claro.
-¿Eres tú abuela? ¿Qué estabas haciendo? ¿Y sobre qué te sostienes? Esos zapatos son un poco extraños.
Mi abuela rio y juraría haber visto asomarse una lagrima, ¿de felicidad?
-Cariño, se llaman puntas, las utilizan las bailarinas de danza clásica.
-¡Quiero unas!
-No es tan sencillo de utilizar cariño. Ese día estaba representando al cisne negro. De la obra de El Lago De Los Cisnes.
-¿Sigues bailando abuela?
-Oh no, no cariño, ya dejé de hacerlo hace mucho, cuando tuve a tu madre. Pensé que quizás ella seguiría mis pasos, pero tu mamá era más partidaria de otro estilo de baile moderno.
-Abuela yo quiero ser como tú. Quiero ser una bailarina.
-Mi pequeña bailarina.
Y se le cayó la lágrima.
En ese momento lo supe. Volví a mirar la fotografía y esta vez, la lágrima se me cayó a mí. No logré saber por qué, pero lo que sí sabía era que si mi madre no lo había hecho, sería yo quién lo haría.
Yo seguiría los pasos de mi abuela.
* * *
Y ahora que había llegado hasta aquí, no estaba.
Lo que más apoyo me daba, mi pilar, la razón por la que empecé a bailar.
La fotografía de mi abuela, no estaba.
Acabé de arreglarme justo cuando escuché a Step gritar.
-Cinco minutos para el primer acto pequeñas cisnes.
Me coloqué mis puntas y cuando iba a salir, alguien volvió a llamar a mi puerta.
Abrí.
Ahí estaba. Después de todo, había tenido el valor de venir. Pero, ¿a qué? No solo me había destruido a mí, sino que, ¿también quería destruir mi sueño?
Fui a hablar, pero no me dejó.
-No digas nada, tan solo cógelo.
Con toda la rabia que había salido de mí, no me había fijado en lo que llevaba en la mano. Me lo entregó.
-Cómo has...
-Luego tendremos el tiempo suficiente para hablar Cisne, pero ahora, tienes un sueño que cumplir.
Antes de poder responder a eso, me besó, y se marchó.
Me quedé ahí parada, mirando cómo se marchaba, vestido de traje, ¿Por mí? No lo sabía, pero no era el momento.
Era mi momento, e iba a salir ahí y cumplir mi sueño, por lo que he luchado y he sufrido para llegar a cumplirlo. Antes de irme miré lo que me había entregado y le di un beso.
La fotografía de mi abuela.
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Soñar en puntas - PUBLICADO
Teen FictionJacqueline Price, movida por seguir los pasos de su abuela y cumplir su sueño, deja todo atrás para empezar su futuro como bailarina en la universidad de Seattle. Su camino se verá interrumpido por envidias, celos y problemas en los que será involuc...