veintiséis

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—¿Estás segura de que esto es una buena idea?—cuestioné mientras ella cepillaba mi cabello.

—Increíble—aseguró. —No se cumplen dieciocho dos veces en la vida. Esta noche será de descontrol total.

—Ouch—me quejé por el tirón que había dado Diana en mi cabello.

—La belleza cuesta—rió por mi quejido.

[...]

Hoy era mi cumpleaños, ¿recuerdan que quería una loca fiesta de disfraces? Pues se había cumplido.

Es gracioso pensar que hoy todos los asistentes tal vez tendrían algo que ver entre ellos por no saber quién es quién aunque realmente yo no estaba interesada en hacerlo.

Pedí a los invitados ser discretos y no decir de qué se disfrazarían. Todo iba a ser un completo misterio y me intrigaba.

Me colocaron unas largas extensiones en el cabello que caían más abajo de mi cintura. Esta noche era rapunzel pero un poco más morena.

Eran alrededor de las doce treinta de la madrugada, la casa estaba llena de chicos y chicas, todos compañeros de la preparatoria y algunos universitarios.

—No soporto esto—maldije quitándome las zapatillas.

Subí a mi habitación empujando a toda la gente que había por las escaleras. Por suerte el piso de arriba estaba vacío.

—Espero que tu fiesta termine rápido, quisiera dormir—la voz proveniente de mi hermano apenas se podía escuchar.

Me acerqué lo suficiente como para hablarle y pudiera escucharme. —Eres un amargado, pudiste ponerte un tonto disfraz y bajar a divertirte un rato. Diana está sola—le guiñé un ojo y volví a mi camino.

Me senté en la cama agotada. Me miré en el espejo, sinceramente me veía...linda.

Busqué mi móvil entre mis cajones, lo había escondido para que nadie fuera a robarlo. Cuando lo encontré y saqué de allí pude notar que tenía un mensaje de él. Sonreí por instinto y abrí aquel mensaje.

«Lamento no haberte acompañado pero estoy muy cansado y atareado, espero me entiendas.

Feliz cumpleaños Nat,
te quiero:).»

Estúpidas mariposas en el estómago o lo que sean.

Extrañaba tanto sus confortables abrazos y esa peculiar forma de besarme que podría ir a buscarlo justo ahora olvidando ésta maldita fiesta infernal.

Recordé que él una vez me había dado su dirección apuntándola en una de mis libretas.

Corrí a mi mochila y la vacié sobre mi cama. Sacudí todas mis libretas y de una cayó una hoja perfumada...otra carta.

"Estaré hoy en tu fiesta, no me reconocerás porque nunca me has visto pero sé que serás una linda rapunzel...busca a tu príncipe."

~L.xx

Otro mariposeo me invadió, ¿Cómo un extraño puede causar eso en mí?

Hallé la dirección de Alan, sin duda quería verlo. Tal vez estoy loca pero eso ahora no me interesa.

Cambié mis incómodos zapatos por unos más bajos. Tomé valor para salir corriendo de la casa e ir en busca de los dulces labios de mi amado. Esto sin duda parecía realmente una película de princesas.

Cerré con llave mi habitación y salí encontrando a mi hermano terminando de abrochar su disfraz de príncipe de hace un año que usó para halloween.

—Vaya, vaya—reí al verlo.

Cómo último detalle colocó un antifaz en su rostro. —No quiero desperdiciar esta oportunidad, así que quítate—me movió pasando a un lado de mí y bajó en busca de mi mejor amiga.

Compuse correctamente mi antifaz y bajé las escaleras cubriendo mi cara con la mano, evitando que me vieran salir de la casa.

—Lo siento—levanté la mirada para disculparme por chocar con aquella figura masculina.

—No hay problema—sonrió él.

Lo vi...estaba vestido del príncipe amado de rapunzel. Era él, era el chico de las cartas...

♥♥

¡Hola! :).

Pregunta: ¿Qué creen que haga Nat? ¿Irá a buscar a Alan o se quedará con el muchacho misterioso?

Voten y comenten<3.

El Casillero | Alan NavarroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora