Capitulo 8

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Terminé de dar mi primer dia de clases, sali mas o menos a las 1:30 de la tarde, un poco mas temprano de lo esperado, pero era algo normal aún era tan sólo la primera semana de clases. La típica semana para conocer a los profesores, compañeros, etc...

Cuándo el profesor de la última materia que me tocaba en el día nos permitio retirarnos, salí apresuradamente de la mano de Nathaly hacía la cafetería, tenía mucha hambre pero sin esperarmelo, Gustavo estaba esperandome en la salida del aula.

Y ahora... estaba yo aquí, almorzando con Gustavo. Nathaly nos dejó solos de un momento a otro, se que lo hizó con dobles intenciones, pero sólo esperaba verla denuevo para dejarle muy en claro que no trate de juntarme con ningún chico, porque estaría perdiendo su tiempo.

-y cuéntame cómo te fue en tu primer día de clases?, preguntó mientras nos sentábamos en una de las mesas de la cafetería.

-pués, lo regular, al parecer me asignaron profesores bastantes exigentes, musité con un tono exhausto (estaba realmente agotada, necesitaba descansar).

-Creeme, aquí todos son así, te complican las materias al extremo.

-Bueno me tocará acostumbrarme al ritmo de cada uno de ellos, fue lo ultimo que dije para empezar a comer.

La comida de la cafetería era bastante buena, tenía muy buena sazón, pero por lo regular prefería comer las ensaladas acompañadas de algun tipo de carne ó pollo. En este momento tenía un plató repleto de ensalada verde, con un poco de pollo asado.

Estuvimos un buén tiempo en silenció, ambos comiendo de manera tranquila, como si no quisieramos que la comida se acabara, hasta que... Ambos en un momento determinado decidimos tomar agua al mismo tiempo, pero yo pues... ehmmm me equivoque de vaso y ambas manos chocaron causando un extraño cosquilleo por mi cuerpo.
Nunca antes había tenido contacto fisico con Gustavo, siempre intente mantenerme distante, mi primera opción al llegar a la universidad no era exactamente hacer amigos. Fueron milésimas de segundos, su mano quedó sobre la mía, ambas sosteniendo el vaso, su vaso...

-lo siento, dije rápidamente alejando mi mano de la suya (mas colorada que un tómate, e incómoda por la reacción de mi cuerpo).

-No te preocupes, puedes tomar agua de mi vaso si quieres, no hay problema, dijo sonriendo (y con la mirada mas sincera y tierna que le había visto).

Nosé porque, pero aquella mirada me causó una sonrisa, que al parecer no sentí cuándo ya estaba formada sobre mi rostro.

-Tienes una sonrisa muy linda, dijo sacándome de mis pensamientos.

¿En serio, porque mi cuerpo reaccionó de esa manera?, ya había pérdido el sentido de las relaciones humanas "amistades", pero se que está no era una sensación común y corriente.

Terminamos de comer y se formo un silencio extraño entre ambos, ninguno de los dos articulaba palabra algúna.

-creó que es hora de que me vaya a mi habitación a descanzar un poco, dije levantandome de la mesa y tomando en manos mi bandeja.

-Espera, ¿te gustan las cosas dulces?

-ehmm si, porque lo preguntas?

-¿que te parece si pasamos por algun postre?.

-Aqui no venden casi nada dulce, dije extrañada a la proposición que ya sabía venia en camino.

-No, aquí no, pero a una cuadra del campus hay una pastelería muy buena, con unos deliciosos postres y helados, ¿te animas?, pregunto.

-Bueno esta bien, dije mientras ambos caminabamos para dejar nuestras bandejas sobre el estante de trastes sucios.

La verdad es que soy muy amante de los dulces, a pesar de que me gusta estar en buena forma, nunca me niego la oportunidad de comer algun postre.

-Que te parece si ambos vamos a nuestras habitaciones, nos cambiamos y luego en 20 min. nos encontramos en la entrada del campus?, dijo Gustavo.

-Me parece buena idea, necesitó un baño y un cambio de ropa, dije.

-bueno nos vemos dentro de un rato.

-ok, dije para entonces dirigirme a mi habitación.

Devuelveme la vida: enciende mi interior.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora