Llevaba ya dos días cuidando de Gustavo, afortunadamente ya estaba recuperandose, estuve dándole de comer, ayudándole a que se mejorara lo más rápido posible. Tenía un mejor semblante, y su apetito al parecer estaba volviendo a la normalidad.
-Al parecer ha regresado tu amor por la comida, dije mientras soltaba una pequeña carcajada.
-Todo es grácias a ti, dijo sonriendo.
-Claro que no yo sólo estoy ayudándote como lo haría cualquier amiga, dije mientras le daba un bocado de tostada con jalea.
Ambos estabamos sentados sobre su cama, Gustavo me miro detenidamente y mientras colocaba otro bocado de comida en su boca, me tomó del brazo atrayendome hacía su cuerpo.
-Tu significas más que una amiga para mí Briana, dijo reflejando algo tan puro y sincero en sus ojos.
Yo me quede en silenció observando su hermosura, y tratando de articular un "tu también me gustas", pero no podía, mi miedo aún seguía ahí.
-Tu también me gustas... Si logre decirlo! Grite sin querer.
Gustavo soltó una carcajada, y yo no pude evitar reir de igual manera por lo que le había dicho. Ambos riendo y mirándonos, solo pasarón unos segundos más antes de que Gustavo atrapara mis labios con los suyos.
Me besó tan apasionadamente, cómo si estuviese esperándome este momento hace mucho tiempo. Y yo no puedo negar que me gustaba sentirlo así, sus labios eran tan suaves como la seda, y se movían soltando un aire caliente, mi cuerpo comenzó a estremecerse, sentí millones de corrientes pasar por mi cuerpo con cada uno de los movimientos de sus labios sobre los míos.
Mi cuerpo estaba experimentando sensaciones extrañas, era como si quisiera conectarme con Gustavo y no soltarme. Sin poder controlarlo, rodee su cuello con mis manos atrayendo sus labios mas hacía mí, y besandolo aun más apasionadamente, a lo que Gustavo reaccionó tomandome de la cintura fuertemente y colocandome sobre él.
Se que jamás espere que pasará esto. Pero tampoco puedo decir que no me gusta que este pasando, él me hacía sentir viva.
Entre besos y caricias, todo se fue intensificando... Sus besos en el cuello me estaban volviendo loca. Gustavo subió sus manos sobre mi trasero y comenzó a acariciarlo de arriba a abajo, lo apretaba y eso me excitaba.
No sabía si detenerme o continuar... Aunque realmente lo que menos deseo es soltarlo.
Paré de besarlo por un momento y me dispuse a quitarle el sueter, besé su cuello una y otra vez, mientras el soltaba pequeños sonidos de placer.
Gustavo me voltio dejandome abajo de él, lo ví mirarme con una mirada tan dulce, y comenzó a besarme nuevamente, pero esta vez comenzó a bajar, bajo subiendo un poco mi blusa dejando al descubierto mi abdomen, el cual comenzó a besar suavemente. Carajos juró que me estaba volviendo loca, podía sentir lo húmeda que yo estaba.Termino por quitarme la blusa y luego el sostén, así cómo tambien me quitó el pantalón, él ya estaba en boxer. Luego comenzó a besarme lentamente, bajo a mis pechos y sostuvo a cada uno con una mano diferente, para luego comenzar a besarlos, los besaba tan exquisitamente que yo no podía evitar estremecerme, y mas aùn cuando se le ocurrió morder uno de mis pezones, solté un gemido muy fuerte. Y al parecer eso lo excito aún más y comenzó a pasar su lengua por mis pezones. En su boxer se marcaba fuertemente su miembro. Minutos más tardes tomó mis piernas y las abrio delicadamente posicionándose entre ellas y presionandose contra mi cuerpo, para luego empezar a presionar mi parte noble contra su miembro.
No puedo explicar lo bien que se sentía, lo excitante que era sentir su miembro pasándose una y otra vez sobre mi parte noble, se sentía tan duro y exquisito.
Mis manos se impulsaron hacia su boxer tratando de quitarlo
-Estas segura de que quieres continuar?, me preguntó mirandome a los ojos, a lo que respondí -sì, estoy segura.
Ambos ya estabamos completamente desnudos, él comenzo a acariciar mis piernas con sus manos y algunos besos provocativos, luego tomó ambas piernas y las separó posicionándose sobre mí y posicionando su miembro en mi entrada... Estaba algo nerviosa, era mi primera vez... Pero él provocaba en mí las más grandes sensaciones jamás sentidas, y quería que fuese el quién me abriese las puertas a ese mundo del placer sexual.
Él comenzó a entrar delicadamente, me dolía un poco pero trataba de no demostrarlo. Luego de un par de intentos más, él logro entrar en mí por completo
-Estas bien?, preguntó.
-Si, contesté mientras lo besaba y sentía como se comenzaba a mover dentro de mí.
Aquél momento estaba siendo tan placentero, no sólo por lo sexual... Sus manos me transmitían un calor abrazable, una sensación de protección, ternura, el cariño que se podía ver reflejado en sus ojos al hacerme suya, todo era perfecto.
Jamás me había entregado como lo estaba haciendo con Gustavo, pero nada me haría arrepentirme de esto.
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Devuelveme la vida: enciende mi interior.
Novela Juvenil"Y mientras el sujetaba mi aliento con sus besos, yo solo me rendi para sentir..." Mientras mi corazón deseaba perderse por completo en el suyo, y refugiarse en sus latidos para siempre.