Prólogo (Primer año)

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La vida de Theresa Dursley había cambiado de forma inesperada en el último año. Siempre se sintió diferente al resto de su familia, únicamente sentía gran apego hacia su primo Harry con el que compartía, además del color de ojos, el poder de la magia.

Theresa detestaba el trato que sus padres y hermano mellizo, daban a Harry. La rubia no comprendía a qué era debido hasta que con once años, tanto su primo como ella, recibieron una noticia imprevista: los dos eran magos. Los señores Dursley nunca habían hablado sobre el tema y eso hizo enfurecer a Hagrid, el guardabosque de la escuela de magia, que fue a visitarlos al faro donde estaban resguardados de las infinitas cartas que los acosaban dirigidas a Theresa y a Harry.

Los padres de Harry eran unos valerosos y talentosos magos que murieron a manos de Lord Voldemort, un oscuro mago que atemorizó el mundo mágico años atrás hasta que fue detenido por su primo. Harry Potter era la única persona que había sobrevivido a una maldición asesina y por ello en su frente lucía una extraña cicatriz.

Theresa no se sorprendió al conocer la noticia, siempre supo que su primo tenía unas extrañas habilidades y cuando se enfadaba era capaz de hacer cosas increíbles, sin embargo tuvo que leer varias veces su carta antes de creer que ella también pertenecía al mundo mágico. Sus padres la miraban con cara de asco, ese gesto que se guardaban para observar a su primo, ahora también lo utilizaban con ella. La chica se sentía especial, por una vez destacaba entre los miembros de su familia y su por primera vez su hermano era el que estaba atemorizado.

Petunia intentó detener a su hija, pero Hagrid la apuntó con su paraguas, como anteriormente había hecho cuando Vernon retenía a Harry. Ambos primos se marcharon de aquel lúgubre faro tras escuchar los repetidos gritos de los señores Dursley que los acusaban de ser seres extraños y desagradecidos.

Un gran castillo se alzaba frente a todos los alumnos de primer año que habían llegado montados en unas pequeñas barcas atravesando un gran lago. Theresa estaba emocionada, aquello le parecía uno de sus maravillosos sueños y por ello tuvo que cerrar y abrir sus ojos un par de veces para asegurarse de que no despertaría en el mejor momento. Miró a su izquierda, donde se encontraba su primo Harry embriagado por la misma emoción, junto a un chico pelirrojo, Ronald Wesley, al que acababan de conocer en el tren.

Todos los nuevos estudiantes caminaron por el gran vestíbulo guiados por la profesora McGonagall. Ésta les explicó todo lo relacionado con las cuatro casas de la escuela: Gryffindor, Ravenclaw, Hufflepuff y Slytherin y tras la larga explicación, los jóvenes fueron guiados hasta un gran comedor, en el cual había cuatro grandes mesas cada una con sus respectivos banderines y colores.

Theresa observaba atentamente como el sombrero seleccionador determinaba la futura casa de los jóvenes magos. Esperaba nerviosa que la profesora de transformaciones pronunciara su nombre, dudaba que aquel sombrero la mandase a alguna casa, nunca había destacado en nada y aún no creía que fuera una bruja, pero lo que si deseaba es que su casa no fuera Slytherin. Durante el viaje habían hablado con Ronald y el chico les había advertido que la casa de color verde y plata era lugar de magos oscuros, incluso Voldemort, el causante de la muerte de sus tíos había pertenecido a aquella casa.

-¡Dursley Theresa!

La rubia se abrió paso entre los alumnos que aún esperaban su turno y caminó hacia la pequeña silla donde descansaba el viejo sombrero. Mientras se acercaba al lugar, se dio cuenta que varias personas la miraban fijamente. Uno era un hombre de cabello liso y grasiento, cuyos ojos negros reflejaban un gran odio. El otro era el anciano que presidía la mesa y el cual al toparse con la mirada de la joven, esbozó una gran sonrisa.

Theresa se sentó en el taburete muy nerviosa, sin poder dejar de mover sus piernas. Unos segundos más tarde, sintió cómo el sombrero se posaba sobre su cabello.

Theresa Dursley y la cámara secreta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora