Capítulo 3 Inscripción en el muro

237 25 5
                                    

No hice participe a nadie de mi último encuentro con Malfoy, ni tan siquiera a Harry con el que compartía todos mis secretos e inquietudes. Me parecía demasiado infantil puesto que no se había vuelto a repetir, ya que yo intentaba evitar cualquier lugar que fuera frecuentado por el rubio platinado y sus secuaces. También me parecía egoísta contarle esa tontería a mi primo, cuando él tenía muchas más preocupaciones. Hace días me contó que mientras cumplía su castigo con el profesor Lockhart escuchó una escalofriante voz que nuestro inútil profesor atribuyó al cansancio.

Las tardes invernales de sábado siempre se volvían aburridas. No podía salir por la lluvia y transitar por el enorme castillo en soledad era demasiado deprimente. Aun así, caminaba por el gran vestíbulo donde había quedado con Harry para hablar sobre nuestras novedades. Mi primo se retrasaba y no podía evitar pensar que de nuevo se había visto envuelto en otro lío. Estaba sentada en uno de los escalones cuando observé llegar a Harry con un rostro de preocupación.

-¿Qué te ha pasado?

-Venía hacia aquí después de mi entrenamiento de quidditch...

Me fijé entonces en la indumentaria mojada de mi primo. Los zapatos estaban llenos de barro, aunque parecía que en menor medida puesto que habría llenado todos los pasillos.

-Ese Wood está loco -Susurré.

-Pero me topé con Filch y quería hacerme una amonestación por llenar de barro el corredor -Me contaba Harry -Pero gracias al fantasma de Gryffindor me he librado... También me ha invitado a su fiesta de cumpleaños, así que no iré a la celebración de Halloween... ¿quieres venir?

-No, Harry -Respondí ante la aburrida idea de presenciar el cumpleaños de un fantasma -Gracias de todos modos, pero es el fantasma de tu casa... seguro que Ron y Hermione te acompañan.

Pasamos el resto del tiempo hablando sobre lo cerca que estaban las vacaciones de Navidad y sobre cuales eran nuestros planes. Los suyos eran demasiados obvios, pensaba quedarse durante todas las fiestas en el castillo, algo normal cuando en mi casa no era bien recibido. En cambio yo aún no lo había pensado, aún me quedaba algo de tiempo para tomar la decisión y esperaría hasta último momento para hacerlo.

*********

El Gran Comedor estaba decorado con murciélagos vivos, unas enormes calabazas cultivadas por Hagrid habían sido convertidas en lámparas y todo el salón desprendía un ambiente de alegría. Todos los estudiantes esperábamos ansiosos que Dumbledore diera comienzo al gran banquete.

Mientras comíamos deliciosos manjares preparados para la ocasión, miré hacia la mesa de Gryffindor donde tres asientos estaban vacíos. La gente se preguntaba cómo era posible que alguien se saltara aquella gran fiesta y yo intentaba mantenerme al margen de esas conversaciones. Sabía dónde estaban Harry, Ron y Hermione, pero no podía delatarlos o se verían envueltos en serios problemas.

Cuando la cena de Halloween llegó a su fin, una banda de esqueletos subió a un improvisado escenario y comenzó a tocar una pieza musical muy desafinada lo que provocó que todos los estudiantes comenzasen a murmurar pidiendo el fin de tan desagradable grupo mientras se llevaban las manos a sus oídos. Únicamente el profesor Binns parecía disfrutar de aquello puesto que comenzó a moverse sin ningún ritmo por la mesa de profesores.

-Señorita Dursley -Una fría voz interrumpió nuestra conversación -Sabría decirme donde se encuentran Potter y sus amigos.

Cuando me giré, observé frente a mí a Snape. Intentaba no mirarlo directamente a sus negros ojos, pues cada vez que lo hacía un escalofrío recorría mi cuerpo. Ese hombre me transmitía mucho miedo y por lo que me contó Harry sentía un creciente odio hacia él que no tenía explicación.

Theresa Dursley y la cámara secreta.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora