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- ¿A dónde crees que vas ahora?- le pregunte enfadado, había cumplido ya los 16 años y se portaba como toda una adolescente sin escrúpulos y eso de verdad me sacaba de quicio porque era aquí cuando tenía que hacer el papel de papa y ni mi paciencia ni yo estábamos para eso aun. Y trataba de controlarme pero me sentía furioso cada que salía con los estúpidos vestidos que no dejaban mucho a la imaginación, aunque las cosas estaban difíciles y eran complicadas de entender Anne era para mí algo diferente a una hija o protegida, era mi novia –aunque ella no lo supiera- mi muñeca maldita sea. Y ahora no quedaba mucho de aquella Elizabeth que conocí.

- No eres mi padre Zayn, basta- me dijo indiferente, al tiempo que se aumentaba un poco el negro del delineador.

- Pero te mantengo y vives en mi casa, bajo mis reglas y si no me dices a donde planeas irte, fácil, no irás a ningún lado.

Ella giro con mirada frustrada.

- Allison va a venir por mí e iremos a una fiesta.

- ¿Una fiesta en dónde?

- ¡Una fiesta Malik, una fiesta!- me grito y de nuevo giro para maquillarse.- ¿No se usaban cuando eras más joven?

- Elizabeth...- di un suspiro, ella lo sabía, que yo era un Dios, que jamás iba a envejecer y que nunca iba a morir, sabía que mi edad rebasaba los quinientos años, pero le gustaba fingir que yo era un viejo decrepito de sesenta, con arrugas y mal humor. Además mi apariencia era de unos veintitantos me molestaba que jugara con el tema. Sonrió con malicia.

- Solo nos reuniremos en la casa de una vieja amiga por su cumpleaños.

¿Te crees muy inteligente muñeca? Tal vez Anne sabía muchas cosas de mí. Como el hecho de que podía ser algo de esto y aquello, pero aún no estaba en sus conocimientos el hecho de que yo podía meterme en su cabeza y saber cosas que ella no quería que supiera. Por ejemplo, que iba irse a un maldito antro con esos amigos de Allison que yo no conocía, pero tenían alrededor de 23 años, ella pensaban que eran guapos y probablemente ellos pensaban en algunas cosas indecentes e inapropiadas que hacían que me hirviera la sangre. Anne solo tenía dieciséis años, ¿Cómo pensaba entrar a un antro de todos modos?

- Ya puedes irte de mi habitación.

- Pero no quiero, yo te llevare a la fiesta dile a Allison que no pase por ti.

- ¿Y que lo voy a decir cuando vea que un chico me lleva a la fiesta? ¿Oh mira Ally, él es mi tutor? un hombre apenas unos cuantos años más grande que yo.

- Dile que soy tu novio- dije sonriendo y ella me vio amenazante.

- Primero me arranco las pestañas...

- No seas tan dura cariño...

- ¡No quieras arruinar mi sábado!- chillo.

- Bien, pero dime la verdad ¿iras a una fiesta?- ella me miró fijamente, evite su mirada.

- Si Zayn, iré a una fiesta.

- Ten cuidado ¿vale?

-Si claro, como digas... ya vete- dijo sacándome de su cuarto. Una vez que estuve afuera me azoto la puerta en las narices, suspire pesadamente al tiempo que camine a la sala y me deje caer en el sillón, tome mi teléfono entre mis dedos usándolo como distractor, mierda, era la misma chica, los mismos ojos, la misma boca y nariz, su mismo cuerpo, los mismos lunares, pero su actitud no era ni similar.

Anne salía todos los fines de semana con un par de rubias que no me gustaban para nada, eran una terrible influencia para mi niña, Allison y Wendy. Salían de fiesta, ambos días, sábado y viernes y aunque yo intentara evitarlo siempre terminaba cediendo y ahí era el problema porque para ella era como si fuera un simple chico al que no debe de tenerle respeto alguno, no me mostré a mí mismo como autoridad, pues no quería que me viera como un padre o un hermano. Era un jodido dilema que me daba en los nervios.

Cuando Anne comenzó a notar el hecho de que yo no envejecía comenzó a cuestionarme de mil maneras, tenía apenas ocho años, pero al ser una niña pequeña le entusiasmaba la idea de mí como un ser mágico. Cuando cumplió catorce, comenzó con las preguntas de nuevo, las respuestas anteriores no tenían nada de lógica para algo así como una preadolescente que intenta ser madura. Y al final cuando le conté todo, aunque fue difícil para ella creerme, lo termino haciendo. Ella no sabía nada sobre una posible vida pasada, no recordaba ni una sola cosa sobre ella misma hace algunos años. Solo conocía a Niall porque de vez en cuando venía tratando de estar al corriente sobre su extraño caso.

Un día, Niall, creyendo que yo ya se lo había dicho, le contó a Anne sobre que ella nunca tendría una muerte segura, que ella estaba condenada a nacer y morir constantemente, a reencarnar. Obviamente no se lo creyó al principio pero como el hecho de que soy un Dios, terminó haciéndolo, porque además nos hemos dado cuenta de algunas cosas que nosotros no creíamos posibles.

Anne había adoptado algunas cualidades. Cuando Niall uso el termino esta "maldita" de alguna manera un poco grotesca quiso decir que tenía una clase de, vaya le redundancia "maldición" aquella era para comenzar: una mujer que reencarnaría durante la eternidad. Sus ojos... habían recordado a tantas personas humo espeso "casi puedo asfixiarme con él" me había comentado una vez Harry respecto a esos ojos y aquello ya era completamente posible, ahora ella como Niall lo hacía, como Némesis lo hacía, como cualquier maldito Dios lo hacía, podía hacerte creer que el maldito humo estaba ahí y ahora gracias a Niall ella sabía aquello, más le avergonzaba y jamás lo practicaba, no quería que le pusieran la etiqueta de loca o algo relacionado a magia obscura. Y bueno hasta ahora era todo lo extraño en ella, pero Hades me lo advirtió e incluso dijo algo que no comprendí y después no le repitió y lo borro de su cabeza, solo dijo "espera, que no serán las únicas cosas extrañas en ella" y bueno.... ahora a Niall le agradaba Elizabeth aunque lo ocultara, yo sabía bien que la quería un poco, aunque no hablaran mucho por la etapa ridícula de la madurez de Anne y el mal humor del rubio.

Un ruido me saco de mi transe y reconocí el claxon del auto de Allison, me incorpore y miré a Elizabeth salir corriendo de su cuarto.

- Llegaron por mí, adiós te veo... mañana.- susurro lo último segura de que la escucharía.

- Espera.- la detuve rápidamente poniéndome en la puerta.

- ¿Y ahora qué quieres?

- ¿Saldrás así?- trate de no sonar muy descortés o disgustado pero no funciono. Usaba una falda demasiado corta y ajustada y un top que dejaba su vientre descubierto, además de unas zapatillas enormes casi estaba de mi estatura.

- No Zayn ahorita me iba a regresar a cambiar.- soltó con ironía.

- Bien, hazlo.

- ¡Claro que no! llevo toda la tarde arreglándome.

- No me interesa Elizabeth, no vas a salir a ningún lado así, ¿De dónde coño sacaste esa ropa de todas maneras?

- Du-uh, ¿Tú me la compraste?

- ¿Yo?

- Si, tú me compras la ropa Zayn...- El claxon sonó de nuevo desde afuera.- Ya debo de irme.

- Ve a cambiarte.

- ¡Zayn!

- Voy a salir y decirle a esa tal Allison que no vas a salir hoy, ni nunca.

- Ugh de acuerdo.- gruñó y salió disparada a su habitación. Sonreí para mí mismo sentándome de nuevo en sillón al tiempo que abría el periódico. El sonido de la puerta cerrarse me sorprendió, gire a la ventana y mire a Anne con los zapatos en mano subiéndose al auto.

- No sabes en lo que te metiste amor...- susurre y tomo las llaves para ir tras ella.

HIDDENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora