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PUNTO DE VISTA DE HARRY.

Louis sonreía con majadería, tenía tanta seguridad que irradiaba una vibra pesada como el cemento. Miro a Anne que estaba sentada en una silla madera y su sonrisa se expandió. Detrás de aquella sonrisa de maldad se escapaba un brillo, algo que lo hacía lucir completamente desquiciado, un atisbo de obsesión en la mirada disfrazada con amor hacía la chica que tenía enfrente, yo sabia bien que la primera era la que dominaba Loki no sentía amor precisamente. Anne miraba en mi dirección con suplica y eso lo tenía exasperado. 

- Ven aquí Anne.- dije haciéndole una seña con la mano. Louis la miró de reojo y ella se quedó estática. Estaba aterrada, ni siquiera ella sabía que la tenía tan temerosa, porque no podía negarse a lo que Loki le pedía.

- No puedo- dijo ella con voz quebrada. - No puedo alejarme de él.- comenzó a llorar y no pude evitar mirarla con confusión. Louis torció el gesto al mismo tiempo que se acercaba a ella y la envolvía en un abrazo. El frágil cuerpo de la chica se dejó envolver en aquellos brazos titubeante.

- Él no te va a herir.

- ¿Por qué quieres quitármela?- preguntó ladeando la cabeza. Parecía un lunático, con los ojos en un punto y su cabeza moviéndose de lado a lado.- ¿Por qué si la he buscado por tantos años? Además no seas tonto Harry, ella no se quiere ir ¿Verdad que no mon amour?

- Harry.- suplico Anne en un susurro. Ni siquiera sabía como acercarme sin alertarlo, no sabía cual podía ser su reacción.

- Aquí estoy- comencé a acercarme a ella lentamente. y Louis a retroceder con la chica en los brazos. Yo no temía de el daño que él pudiera hacerme, temía que si me acercaba bastante pudiera herirla.

- ¡Aléjate de aquí Zeus!- gritó frenético. 

- Dámela y me iré Louis, no tiene por que ser así- su cabeza se ladeo al mismo tiempo que me miraba con una ceja arriba, parecía que no temía en lo más mínimo de mí. Realmente dudo que lo hiciera. Los ojos azules del chico comenzaron a obscurecerse.

- No te lo diré otra vez,  mejor aléjate.

- No me iré de aquí- la soltó con suma delicadeza como si fuera romperse, como si la chica fuera una muñequita de papel, Anne se quedó parada mirándome desde la parte más obscura del cuarto. Mis ojos por alguna extraña razón comenzaron a ver todo mucho más borroso y el rostro de la chica era cada vez más difícil de diferenciar. Sus ojos grises brillaban con intensidad, yo no sabía que estaba pasando. Louis comenzó a reír desde algún punto ciego de la habitación, estaba seguro de que esta era obra suya.

- ¿Qué crees que descubrí Zeus?- lo miré sin contestar, realmente tenía una vaga idea de la respuesta y era la misma que se encontraba en su muñeca izquierda, el rió repleto de  ironía  y asintió.- Como verás esta vez es nuestro destino estar juntos.

- Tu destino es el tártaro. 

- Mi destino se llama Anne Nichols. No importa cuánto desees alejarla de mí, eso no sucederá. Estamos unidos de una manera que ni siquiera yo comprendo. Pero todo tiene sentido ahora. Ella estaba justo ahí cuando llegué a la ciudad, fue una hermosa coincidencia o eso creí, hasta que descubrí que más bien, era destino. No ha luchado por alejarse.- giró a verme e hizo un gesto de sorpresa cuando susurro: - Aunque en realidad creo que eso también tiene que ver conmigo.

- Te vas a arrepentir toda la maldita eternidad ni siquiera Niall va a poder ayudarte si no paras esta tontería. 

- No me das miedo- susurró- Serás tal vez el Dios más poderoso, pero no temo de ti, eres solo el titulo Harry, Dime ¿qué es lo que te hace tan especial? No eres el más fuerte. Zayn lo es. No eres el más rápido, Liam lo es. No eres el más astuto- sonrió- Lo soy yo.

HIDDENDonde viven las historias. Descúbrelo ahora