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Salí del cuarto con el enorme pastel de chocolate que me había esforzado en comprar, lo dejé en la silla de al lado y me recargue con pereza. Mi teléfono comenzó a vibrar así que lo saque para poder mirar. Liam.

"Joshua estoy en la ciudad"

"Oh eso es genial y... ¿dónde estás exactamente?"

"Casa, ven ahora ¿puedes?"

"Pero estoy con Anne te lo dije ayer, es su cumpleaños"

"¿Quién es Anne? Mencionaste a Beth"

"Es la misma persona, solo que prefiere Anne"

"Como sea, Joshua haz caso, tu madre está desesperada, no dejaste ninguna nota"

¡Demonios! Lo olvide.

"Bien ya voy"

Me puse de pie y mire a Niall que jugaba a algo en su celular.

- ¿Vas a algún lado?

- Si, mi padre llamó entonces...

- Oh está bien.

- Iré a despedirme- el asintió sin hacer mucho caso y tome de nuevo el pastel para entrar a la habitación, Zayn y Anne platicaban de algo animadamente.

- Hey Joshie.

- Lo siento Anne, me tengo que ir.

- ¿Por qué?

- Tengo que ir a casa, te veo mañana ¿bien? te dejo el pastel, adiós, adiós Zayn- él me sonrió por primera vez desde que lo conocí dejándome un poco confundido, definitivamente este chico había despertado de buenas.

- Adiós Josh, muchísimas gracias por... todo- dijo Anne con una sonrisa.

- No hay de que Nichols, te veo después.

El camino estaba aburrido de regreso y eran unos largos cuarenta y cinco minutos hasta casa, así que me acompañe por mis buenos ídolos The Beatles cantando Love me do a todo pulmón, ¿y cómo no adorar esas canciones? el simple ritmo me ponía de buen humor.

Después de escuchar algunos temas de aquel CD mixto, llegué finalmente a casa, todo estaba muy tranquilo en el vecindario, el deportivo azul marino de Liam estaba estacionado fuera de mi casa lo que me hizo dar un fuerte suspiro, a decir verdad tenía muchísimo tiempo sin verlo.

Y era difícil para mí, Liam era mi padre, un padre que iba y venía a su antojo sin preocuparle las consecuencias, pero a pesar de algunas malas experiencias en el pasado a mi me seguía alegrando verlo de vez en cuando, era mejor que no hacerlo nunca. Digamos que mi papá era un tema delicado para mí.

Y me preocupe un poco por mi madre, ella jamás pudo superarlo y ahora que sabía toda la verdad sobre Liam, le resultaba más extraño aún, ¿y cómo no? en estos momentos literalmente podría ser su madre, ya que Liam permanecía congelado en los 22 años, que era apenas dos o tres años más grande de la edad que yo tenía, pero en fin quedaron como buenos amigos y Liam de vez en cuando mandaba dinero para ayudarle a mamá y compró la combi para mi después de que ella le hiciera una simple llamada.

Entre un poco nervioso aún y escuche una varonil y melodiosa voz desde la cocina, estaba aquí.

- Hola- hable alto y las voces cesaron, escuche pisadas sobre la madera y luego un par de ojos pardos muy parecidos a los mios me miraron, Liam sonrió.

- Joshua- dijo y me abrazó de inmediato.

- Hey - lo abrase un poco de vuelta, yo era más alto que él, la diferencia era evidente.

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