¿Qué? No, no estoy obsecionado... no.
Después de encontrarme con esos particulares ojos, no he dejado de pensar en ellos. Eso sin contar el aroma a lilas que me tenía totalmente embobado... Traté de buscarla entre cada clase y el segundo receso, pero no tuve suerte.
Al llegar a casa nadie se encontraba, ya que mi papá salía hasta las 5 de la tarde y mamá decició hacer algo durante el tiempo en el que ni papá ni yo estaríamos en casa. Fui a la cocina y revisé el frigo, ayer mamá mencionó que dejaría algo para calentar y comer antes de irme a Mr. Fun, el local donde ahora trabajo medio tiempo, pero no sin antes realizar los deberes de la escuela, que en realidad eran muy pocos por ser el primer día.
Luego de comer y los deberes fui por mi camisa aluciva a Mr. Fun y me dirigí al lugar.
—¿Qué hay de nuevo Carl?— lo saludé al llegar.
—Todo en orden Lane, ¿qué tal la escuela?— me responde. Por alguna razón no puede memorizar mi nombre y me llama por mi apellido, supongo que me parece cool.
—Creo que bien, conocí algunas personas un poco extrañas en la oficinas y bueno, ¿que te puedo decir? hice pocos amigos. ¿Cómo ha estado el lugar?— pregunté por el lugar porque había bastante gente, aunque no como en los últimos días de vacaciones.
—Excelente, al parecer el dueño esta contento con el éxito del lugar. Anda ya a la barra de la felicidad infantil — responde Carl sonriendo, llama así a mi puesto por los dulces y el helado, y la verdad me parece gracioso porque así es, por lo general solo atiendo a niños y los adolescentes optan por las sodas y las frituras, el puesto que atiende un sujeto muy serio llamado Nick. En fin, mi turno comienza y entro a mi puesto.
Después de media hora veo entrar a Álan y un par de sus amigos que ví en el colegio. Álan me vió y se dirigió hacia mí mientras sus camaradas se dirigieron donde el billar.
—¡Eivor! wow, vaya de verdad que me sorprendes... No sabía que trabajabas aquí, hermano— solo llevo de conocer a Álan un día y ya entró en demasiada confianza conmigo, no me incomoda pero me resulta extraño.
—¿Qué tal Álan? Si, bueno... olvidé mencionartelo, ja.— No se por qué, pero de nuevo me sentí como un bobo.
—Cool, viejo...— dijo y al mismo tiempo alzó su mano para chocar las palmas y lo hice.— Mis amigos me hablaban sobre venir aquí, no lo conocíamos, luce genial, ¿a tí que te parece trabajar aquí? perdón por sacarte platica en tu trabajo pero no tengo ganas de jugar billar ahora, solo dormir, pero ya que estoy aquí quiero conocerte más— terminó Álan con una sonrisa.
—Pues verás, es un buen trabajo atender la barra de la felicidad infantil—le respondí mientras reí ligeramente porque me pareció gracioso.
—Jajaja tambien lo sería para Brook, ¿la conoces?—Álan sonó muy alegre al mencionar a esa chica, aunque para mi suena como a un chico.— Va en mi grupo y varios mueren por ella, hoy lucía bonita con sus pupilentes violeta...— cuando terminó de hablar solo tuve tiempo para helarme, pues me vino a la mente la chica de la mirada amatista y su fragancia a lilas.
Álan alzó su mano de nuevo pero la movió de lado a lado repetidas veces para tener mi atención. Cuando reaccioné el solo sonrió:
—¿Qué pasa contigo? En la cafetería te pusiste igual, pero solo por un par de segundos, y ahora te quedas como estatua, ¿es por Brook? ¿te gusta? Oh por Dios te gusta Brook jaja, ¿cuando se conocieron? no me di cuenta, pasé casi todo el tiempo en la escuela contigo...— me deja sin palabras este chico, y esto esta poniendome nervioso, digo, la conoce, ¿qué haré? le dira y ella ni si quiera sabe de mi, me siento como un bobo, un verdadero bobo marico.
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Una mirada de lilas
Genç KurguEivor Lane es un chico común que acaba de mudarse a Minneapolis, Minnesota. Es casi un chico ejemplo. Al principio todo iba bien, hasta que se dedicó a observar a las personas de su nuevo colegio. Fue en ese momento donde se encontró con una inespe...