Narra Emma.
Harry me daba mucha confianza pero cuando me preguntó sobre mi vida, no le quise hablar de eso, sabía que sería un mar de lágrimas, pero como en estas últimas horas, con su perfecta sonrisa y amabilidad, me convenció. Cuando terminé de contarle absolutamente toda mi historia creo que no sólo yo estaba llorando, él también lo estaba, me dio un fuerte y cálido abrazo y por primera vez en mucho tiempo me sentía protegida.
Después de unos minutos así, se separó y habló.
-Ya que somos personas solitarias y yo no tengo ningún evento hoy, te invito a pasar la noche buena conmigo... ¿Qué dices?- preguntó.
Acaricié mi barriga y de inmediato recibí una patada de mi bebé, sonreí. Me iba a negar pero él puso la carita del gato de Shrek, y no me pude negar.
Sonrió victorioso.
-Vamos al centro comercial para comprarte algo de ropa y luego a casa para que puedas asearte y cenar. Asentí.