Capítulo 02 | Periódico escolar

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Matthew McConaughey se levantó al día siguiente con un dolor de cabeza terrible.
El día anterior, junto con sus cuatro amigos, llegó a "La Barrica" un buen bar. Bebió suficientes copas como para ahora tener resaca.

Sacó un paquete de su gaveta, llegó a la cocina y disolvió el Sal Andrews en el vaso con agua para despues tomárselo de un trago. Eso le ayudaría con los dolores de estómago y quizás a expulsar todo lo de anoche.

Matthew

Mi madre entró a la cocina encontrandome recostado de la isla de mármol.

- No creas que pasaste desapercibido ayer muchachito. Deberías practicar entrar a escondidas - se burló su madre.

Me quedé callado porque cualquier cosa que dijera alterará el sermón de mi padre, Simón McConaughey.

Mi madre Miranda McConaughey preparó un café que despues me sirvió asegurando que eliminaba la resaca. Mi padre llegó despues de tomar el periódico de la puerta de entrada y se sentó en uno de los taburetes del desayunador.

- Buenos días papá - saludé.

- No son tan buenos para ti, hijo - sonrió con maldad. Así lo hacía cada vez que sabía toda la verdad.

- Ya puede comenzar con su sermón señor - dije impaciente, esperando que todo termine y largarme a la preparatoria Jackman.

- ¡Sermón! - dijo bajando el periódico - Para nada hijo. Solo te aconsejo que la próxima vez que tenga mal de amores te desahogues con tus amigos no con la bebida. Te da más dolor ¿no es cierto? - señaló mi cabeza repetidas veces.

Lo miré sorprendido de todo. Mi padre sabía más de lo que yo esperaba. ¿Cómo puede ser posible?

- Lo sé todo hijo. A mi nada se me esconde. - contestó.

Al parecer lo que había pensado lo dije en voz alta. Enmudeci y salí de la cocina a prepararme. ¡Mínimo me tienen una cámara! O ¡Algún vigilante!

Bajé en el ascensor y me encontré a Michael McLaren esperándome recostado de una pared.

- Ensucias la pared McLaren - advertí.

Michael se separó de la pared y caminó junto a mi hasta mi carro.

- ¿Que le ha pasado a tu motor? - pregunte

- Se le han dañado lo frenos - dijo - esta mañana he salido y me he estrellado con el portón de la marquesina. Se negó a frenar.

- Vaya - dije sorprendido - Menos mal que fue en tu casa Michael.

- Sí. Mi padre pidió que me llevaras esta semana a lo que el mecánico lo arregla.

- Dile al señor McLaren que no hay ningún problema - le dije a Michael.

Entramos a mi carro y llegamos entonces juntos a la preparatoria Jackman.

- ¡McConaughey! - gritaron emocionados demás mis amigos.

- Y ¿ahora qué? - pregunte aburrido a diferencia.

- Esta es la segunda vez que apareces en el periódico escolar, despues del balonazo al nerd - respondió animadamente Alex.

Los tres leían el periódico pequeño escolar y Michael se les unió.

- A ver, informen - ordene. Me molestaba en absoluto salir en el periódico. No podía negar que era una persona en las que tenían interés los cotilleros.

- La empalagosa pareja termina de una forma épica: dice el título - leyó Joseph Blatter.

¡Épica! ¿Que tiene de épico?

¿Lucía? Mucho GustoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora