El resto de las vacaciones habían pasado más rapido de lo que alguien podría decir Quidditch, todo fue normal en lo que quedó de tiempo en la casa Potter, las típicas peleas de hermanos, las bromas pesadas, la aparición de amigos de algunos de los menores y tardes familares, todo eso era lo normal pero algo estaba inquietando a la señora Potter y eso era que su hijo varon mas joven parecía estar distante o se perdía constante mente en sus pensamientos, ella había pensado que era algo común pero comenzó a inquietarse cuando esté empezó a ignorar a sus amigos y a preferir pasar tiempo en su habitación o saliendo al Callejón Diagon lo cual era extraño en el. La pelirroja esperó que quedará un día para ir a Hogwarts para hablar con su hijo y ver que pasaba, ella era muy unida con sus tres hijos así que sabía que no incomodaria a su hijo con la conversación.
Subió a pasó tranquilo por la escalera pensando en que le diría y como lo haría, no quería parecer una madre controladora pero tampoco quería hacer parecer que no le importaba la extraña actitud de su hijo.
Al estar frente a la puerta soltó un suspiró y tocó la puerta con una media sonrisa, se escuchó un suave pasé y esa fue la señal para entrar. Ya dentro de la habitación se encontró con Al recostado en su cama leyendo unas cartas quien al ver a su mamá las guardó bajó su almohada.
-¿Que sucede mamá? - Pregunto con nerviosismo Al.
-Eso es lo que quiero saber cariño - dijo con una media sonrisa Ginny- has estado actuando de manera extraña y eso nos preocupa.
Albus suspiró mientras se volvía a lanzar a su cama y para Ginny esa fue la señal de que se podía sentar junto a él, y al hacerlo comenzó a acariciar los despeinados cabellos de su hijo.
-Me siento extraño ma- dijo Al de manera cansina.
-¿Que sientes exactamente? - Preguntó con curiosidad.
-Siento una sensación extraña en el estómago, me pongo constantemente nervioso, tengo mi mente pensando en alguien todo el tiempo y solo quiero estar con esa persona - suspiró -¿Que me pasa ma?
Ginny sonrió enternecida al escuchar a su hijo sabía exactamente lo que le estaba pasando, ella lo había vivido desde que tenía once años.
-Cariño eso significa que te gusta una persona - dijo con una sonrisa radiante.
Albus quedo en shock, el sabía que sentía algo hacia Lila pero nunca pensó que fuera algo tan intenso cómo gustar. Luego de la primera vez que se habían visto él comenzó a ir con mayor regularidad a el Callejón para verla, al principio la chica actuaba algo arisca pero con el paso del tiempo se acostumbró a tratar con el chico por esa razón se volvieron algo así cómo amigos, al analizar todo se dio cuenta de las emociones que sintió en cada uno de esos momentos lo que decía su madre era verdad.
-Me gusta Lila- dijo con una tonta sonrisa
-Espero poder conocer a esa chica algún día - sonrió su madre
-Lo haras sólo debo esperar el momento adecuado - dijo antes de abrazar a su mamá - Gracias por escucharme
-Eso es lo que hacemos las mamás - río mientras le devolvia el abrazo - Bueno, ahora debo irme a preparar la cena cariño, nos vemos luego - beso la cabeza de su hijo y abandonó la habitación.
Albus sonrió mirando el techo, debía escribirle a Lila pero luego recordó que apenas les quedaban dos días en casa antes de volver a la escuela así que esperaría hasta estar ahí para hablarle.
Holanda a todos, perdón por tardarme en actualizar pero se me había acabado la inspiración pero e vuelto para no volver a irme.
Besos de Lunatica.
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Cada Potter tiene a su pelirroja
Fiksi PenggemarEl joven Albus Potter se cree librado de la muy conocida maldición Potter, pero esta creencia se verá destruida con la llegada de una nueva estudiante a la escuela Hogwarts. ¿Será que la maldición a llegado por él? ¿o simplemente es una casualidad?