CAPÍTULO ESPECIAL: 26

2.3K 99 31
                                    

¡HOLAAAAAAAAAAAA! ¡AQUÍ TENÉIS CAPÍTULO PARA RATO (ES EL MÁS LARGO QUE HE ESCRITO)!

ADVERTENCIA: LEEEEEEEEEEEMON, LEEEEEEEEEEMON, LEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEMON.

 ESTE CAPÍTULO CONTIENE ESCENAS EXPLÍCITAS DE SEXO. Ya sabéis que si lo leéis es porque os hacéis responsables de las consecuencias. 

¡QUE LO DISFRUTÉIS! ¡MUCHOS ABRAZOS! <3333

//////////////////////////////////////////////////////////////////////////////

Narrado por ________

Estamos a finales de septiembre, lo que quiere decir que han pasado siete meses desde el incidente de Cochlea. Por mi parte ya estoy perfectamente recuperada de mis heridas. Y, por suerte para mí, mis cicatrices no son tan visibles como lo es, por ejemplo, la que dejó Akihiko en mi costado izquierdo o Ayato en mi brazo. Esas dos cicatrices son muy especiales para mí, me recuerdan a dos de las personas que más quiero, aunque una de ellas ya no esté físicamente a mi lado.

Tengo que comentar que, a pesar de todo, Ayato sigue formando parte del personal de Aogiri; no es algo a lo que tenga opción de renunciar. Si tratase de dejarlo, acabarían con él por todo lo que sabe. Sigue y seguirá matando. Pero, al menos, ahora no ve a los humanos como mera basura. A excepción de los que han dejado de lado su humanidad, que ellos sí lo son.

Me enteré de que el ghoul, a parte de en la base de Aogiri, residía en un edificio que en otra vida fue un centro comercial y ahora eran ruinas y escombros. Por eso mismo, le obligué a vivir con nosotros aunque solo viene de vez en cuando. Lo bueno de tener un trabajo estable es que ganas suficiente dinero para mudarte, por lo que el estudio quedó en un segundo plano de nuevo y ahora vivimos en un pequeño apartamento céntrico. Fue una oferta de última hora y tenía que aprovecharla.

En lo que respecta a Anteiku, ya no existe. La CCG descubrió que era una cafetería regida por ghouls después del chivatazo de la escritora Takatsuki Sen y se enfrentaron con el señor Yoshimura, Irimi y Koma. Kaneki también se involucró a pesar de que el jefe no quería que ni él, ni NIshiki ni Touka lo hiciesen. Desde ese día, Kaneki está desaparecido y Shinohara se encuentra en coma, en muy mal estado después de su lucha con el búho de un ojo. Me paso todas las semanas a visitarlo a él y a Juuzou que está muy afectado a día de hoy. En el fondo, Juuzou consideraba a Shinohara como el padre humano que nunca tuvo.

Ahora mismo me encontraba saliendo de la facultad. Este era mi segundo año en el grado de biología y por suerte, me tocó en la misma clase que Kazuki. Nuestra amistad había evolucionado favorablemente, dejando de lado lo que pasó en aquella fiesta.

Los árboles a ambos lados del camino formaban un mar de colores rojos, naranjas y marrones. El otoño había entrado con fuerza.

- ¿Te apetece ir a tomarnos un café?- me preguntó Kazuki.- Ah, por cierto y hablando de café, ¿es cierto que Touka tiene pensado abrir una cafetería donde antes estaba Anteiku? - preguntó curioso Kazuki. - Si no te importa, voy a avisar a Inori para que venga al café con nosotros. Llama a Ayato, si quieres.

Le gustaba mucho hablar de Touka, fue su primer gran amor platónico. Pero ahora hasta el tímido de Kazuki tenía pareja y daba gusto verles juntos. Eran todo lo contrario a Ayato y a mí; no podían sostenerse la mano sin acabar rojos como tomates y con humo saliendo por sus orejas. Y eso solo uniendo sus manos. La verdad, y aunque sea cruel, Ayato y yo habíamos apostado a ver cuánto tardarían en acostarse al ritmo que iban. Sonreí. Estaba muy feliz por él.

Pasaron veinte minutos de espera.

- ¿Eh? ¿Qué pasa? ¿Por qué sonríes?

- Nada, es solo que Inori viene por ahí. - señalé la dirección a la que me refería. Kazuki envió sus ojos a ese lado y se quedó estático.

Palabras de invierno AyatoxReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora