Cinque

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Tu salón estaba justo frente al mío.

Ambos nos sentábamos junto a la ventana.

Cuando me aburría en clase solía voltear a verte y me quedaba un rato observándote hasta que me regañaban por no poner atención.

Nunca me mirabas. 

Siempre estabas atento a lo que tus maestros decían; no te distraías con la misma facilidad que yo.

Mis compañeros creían que me gustaba la niña que se sentaba frente a ti. Eso me daba risa, pero nunca lo desmentí.

¿Cómo iba a decirles que en realidad me gustabas tú?








Cada vez que me dices amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora