Cada vez que me dices amigo

Trentacinque

Superar una amistad de seis años no era fácil, y no quería hacerlo, pero no me dejaste ninguna opción.

Habías dejado de usar la plaquita que te regale con tu nombre. La que era igual a la mía.

Mientras seamos amigos no me la quitaré ni para dormir. Fue lo que dijiste el día que te la regale.

Ahora de tu cuello colgaba un dije con la mitad de un corazón Y la otra la tenía tu novia.

El mensaje estaba muy claro.

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Sólo quería decirles que ya no subiré capítulo diario como hacía a veces, sino cada dos días: lunes, miércoles, viernes y domingo.