FINAL

NUEVE

Dentro de la caja blanca con lazos dorados hay una notita.
La saco de inmediato y comienzo a leerla.

"Hoy es un día muy especial y quiero que hagas caso a lo que te pido.
Lleva esto puesto en nuestra cena.
Sólo hay una persona en este mundo que haría lucir hermoso este vestido.
TÚ."

Cuando regreso a ver a América ya ha sacado lo que había dentro.
- ¡Oh por Dios, esto es precioso! - dice gritando de emoción.
El vestido es de color vino con algunos brillantes, corte de sirena, sin mangas y viene acompañado de un par de zapatillas negras.
El conjunto es perfecto.

Faltan dos horas para que Aaron pase por mí.
América está dándome los últimos retoques de maquillaje y detalles del peinado, que consiste en un moño italiano que sostiene todo mi cabello.
Cuando termina se para aleja y admira su trabajo, después me lleva frente al espejo.
Me veo muy bien, de hecho casi no parezco yo.

A las siete en punto ambas estamos listas y arregladas. Entonces suena el timbre.
Bajo a abrir la puerta en lo que América va por su cartera.
- Adelante Jasson, Mare baja en un minuto. -
Jasson pasa y espera sentado en la sala.
Unos segundos después se oyen pasos en las escaleras. Es América. Luce espectacular y no soy la única que lo cree. Jasson la mira con asombro. Seguro que ha hecho la mejor elección de su vida al quedar con ella.
- ¡Te ves preciosa cariño! - le toma de la mano y le da una vuelta.
Se ven muy bien juntos, debo admitir que siento envidia por ellos.
Me despido de América y Jasson que están ya dentro del auto, ansiosos de irse.

Falta una hora entera para la llegada de Aaron pero ya comienzo a sentir cosquilleo en el estómago.
Es raro, no debería sentirme así, sólo es una cena por su cumpleaños.
Reviso mi computadora en busca de distracción.
Tengo cinco mensajes, pero sólo uno de ellos llama mi atención.
Pertenece a Alexander y lo envió hace tres días.
Lo abro de inmediato.

"Buenas noches Sofía, había estado llamando a tu celular pero nunca contestaste. Sólo hablaba para invitarte a una carrera de motocicletas, pensé que te gustaría ir. Será el primero de octubre. Espero tu respuesta pronto."

Cierro la computadora y la dejo en mesa.
Este hombre es complicado.
No termino de entenderlo.
Un día es amable, el resto del mes ni siquiera me sonríe y de pronto me invita a una carrera de motocicletas.
Siento la necesidad de contestarle pero será mejor esperar a mañana y hablar directamente con el.
Me pierdo en mis pensamientos mientras busco una razón lógica a su cambio de actitud y el tiempo se pasa sin más.
Mi teléfono suena y contesto de inmediato.
- Bueno preciosa, sal que muero por verte -
- Me quedé dormida y aún no me baño - bromeo.
- ¿Oh enserio?, no te creo, América no lo permitiría -
- Tu si que la conoces - comienzo a reír y el me sigue. - Ya voy, espera unos cinco segundos. -
Le cuelgo y oigo su voz contando detrás de la puerta.
Sonrío una vez más.
Justo cuando dice cinco abre la puerta y me mira sorprendido.
- ¿Qué te parece? - le preguntó nerviosa.
- ¿Puedes sacar esa flecha con forma de corazón de mi espalda? Un pequeño niño con alas me flechó. -
Entre risas nos dirigimos al auto.
A pesar de que llevo los tacones puestos sigo siendo más baja que el y eso me permite acomodarme perfectamente bajo su brazo como la primera vez.