SIETE

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- Aaron - no se como reaccionar.
- Bueno yo me voy, tengo cosas que hacer - dice América y se va tan rápido como puede, no sin antes guiñar un ojo y sonreír.
Tomo asiento y trato de comer, pero me siento incómoda.
- Ayer no te vi por aquí - comienza diciendo.
- Es que tuve que arreglar unos asuntos escolares. -
- ¡Oh, vaya! ¿Tiene que ver con el asunto de la clase de Inglés? - una sonrisa se dibuja en sus labios. Perfecta.
- Si, algo de eso. - quizá esté portándome muy cortante.
Una plática con el no me hará mal.
Es fácil platicar con el y cuando menos me doy cuenta ya estamos hablando de todos los temas que puedes imaginar. Reímos, tan fuerte que todos nos regresan a ver. No importa. Ahora ya nada importa.
Aaron se ofrece a llevarme a mi siguiente clase y acepto.
De salida el pasa su brazo y lo coloca al rededor mío.
Es más alto que yo y me acomodo bien.
El olor del perfume es fuerte pero no asfixiante.
Una esencia bastante masculina que no puedo describir. Me encanta.
Cuando abro los ojos, que involuntariamente había cerrado, veo a Alexander que viene hacia nosotros. Nos ve por unos largos minutos. Pasando sus ojos de mi a el una y otra vez.
Su mirada es seria.
Desaparece entre las puertas de su salón.
Cuando llegamos al salón de Literatura Aaron me suelta y me entrega la mochila.
- Gracias - le regalo una tierna y dulce sonrisa, la mejor que puedo hacer.
- De nada Sofi - se da la vuelta y comienza a alejarse.
Dos metros después da un giro en sus pies, sigue caminando de espaldas. Grita algo.
- ¡Hoy te ves hermosa! ¡Me encantas! -
Vuelve a girar y corre hasta desaparecer.
Siento como mis mejillas comienzan a cambiar de color.
Quizá América tenga razón.
- Ese chico está loco por ti, que mal que no sea correspondido. -
Ya esperaba su comentario.
- América, ¿que te hace creer que no? -

FINALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora