Capitulo 12.

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Me tiro del golpe al piso, me había pegado. Una fuerte cachetada me había dado y yo quede sin habla. Sentí una fuerte malo pararme del suelo, que me empezaba a llevar al carro de nuevo, abrió la puerta de atrás y me tiro como si fuera un animal, yo sólo tenía mi mano en mi mejilla, no iba a llorar, esta vez no.
  Arrancó el coche sin decir nada e iba a gran velocidad, yo seguía echa bolita en el asiento de atrás, pensando en cómo había podido acabar ahí, era tonto, alguien pegándome a mi, nadie en la vida me había echo eso que me hizo. Me sentía humillada, bueno esa palabra me queda corta.
Detuvo el auto y me di cuenta que no estábamos en mi departamento, me iba a violar de nuevo, yo lo sabia. Empecé a sentirme nerviosa cuando el bajo del auto, no hice ningún movimiento hasta que el llego y me tomo del brazo y con mucho enojo me jaló, Dios, no quería ser violada de nuevo. Empezamos a caminar hacia la casa que teníamos en frente, era bonita para una persona tan mierda. Abrió la casa y yo seguía con la cabeza baja entonces me aventó a un sillón y cerró la puerta con muchas llaves, si, para que no intentara escapar, pero eso sería imposible. Voltio y me vio con una mirada llena de odio, yo solo me quede sería viéndolo, como siempre, sin ninguna expresión.
  Hasta que el dijo algo que me dejo fría.
   -Te voy a enseñar a no ser tan idiota, te vas a dar cuenta de lo que soy capaz. -escupió con mucho odio, sus ojos ya no eran tan verdes, creo que ya era el momento de mi violación.

  Me tomo de nuevo del brazo y me apretó con mucha fuerza, eso sería un moretón seguro. Me llevo a una habitación con una cama un poco grande, el pánico empezó a entrar a mi sistema como si apenas me diera cuenta de lo que iba a pasar, entonces voltee y lo vi que estaba cerrando la puerta, y la desesperación se hacía más grande.
 
-Harry. -dije asustada, había decido hablar. -no hagas algo de lo que te vallas a arrepentir. -le dije con unos ojos de súplica.

Pero volvió a pasar, me dio otra cachetada tirándome a la cama. Ya era oficial, yo era la persona más humillada en todo el mundo. No les bastaba con que me violara, si no que también me tenía que pegar.

  -Tu te callas. -dijo enojado. -Tu mi querida Leah, mi amor, mi tesoro, vas a ser mi perra esta noche.

Cuando termino de hablar se me lanzo encima, me empezó a quitar toda la ropa, yo intentaba quitármelo de encima pero era imposible. Tomo un camisa y la rompió, y con eso tomo mis manos y las ato a la cabecera, después me volvió a dar una cachetada. 
-Esto es para que aprendas quien manda aquí.
Se empezó a desvestir, y me quito mi ropa interior, yo no quería llorar, en serio no quería, pero mis lagrimas eran traicioneras. Y empecé a llorar.

Siempre contigo. |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora