Capitulo 16.

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    En ese momento me alegre que Liam estuviera conmigo, Harry no podría hacerme nada.
-Liam, igual que gusto verte. -dijo con un tono sarcástico y empezó a reír. -Oh no me digas que Leah no te a dicho, ¿no le has dicho Leah? -dijo mirándome con una sonrisa.
¿Qué no le había dicho? ¿Qué me violas y me golpeas? O claro que no le eh dicho.

Liam me miró algo confundido y yo lo miré aún más confundida.

-¿Qué no me ha dicho? -preguntó Liam.
-Bueno, como Leah no te ha dicho te lo diré yo. -dijo "emocionado" -Hemos empezado una relación, ¿no es genial? -preguntó viendo a Liam, yo solo voltee a ver a Liam que tenía una cara de gran asombro, claro no se imaginaba que yo le hubiera dicho el "si Harry, quiero ser tu maldita novia".

-Oh, no me esperaba eso. -dijo aún confundido. -pero muchas felicidades, espero que no hagas sufrir a mi hermosa hermana. -dijo ya con una sonrisa en su cara.

Oh Liam, querido hermano, si tan solo supieras.
-Si estamos muy felices, ¿verdad Leah? -me preguntó y yo solo di una sonrisa.
-Bueno, nos dejó par de enamorados, no quiero molestar. -dijo levantándose del sillón, entre en pánico de inmediato.
-¡No! -dije un poco desesperada.
-¿Qué pasa Leah? ¿Estás bien? -preguntó Liam algo preocupado, Harry solo me fulminaba con la mirada. Estaba en problemas.
-No sólo es que, ¿no te vas a quedar a cenar? -dije con una sonrisa fingida.
-No puedo Leah, tengo que ir por Sophia. -dijo ya un poco más tranquilo. Maldita Sophia.
-Bueno, te acompaño afuera. -Harry se levantó y hizo que me despidiera de el, y lo acompañó hasta afuera.

Ahora sí me iba a ir mal, tenía que hacer algo para que no me hiciera nada, no lo soportaría, no otra vez, no por favor.

Fui hasta el baño y me encerré, tenía miedo, por lo menos Harry no me haría nada si estaba encerrada en el baño, no podría tirar la puerta ¿o sí?
Me empezaron a dar ganas de llorar, no tenía salida, tenía que salir de la casa pero no podía, no con Harry afuera, empecé a pensar pero no podía, el miedo no me dejaba. Empecé a sudar y una lágrima se me escapo, me daba asco ser tan cobarde, pero era débil y pequeña de tamaño, no podía hacer nada contra alguien que me doblaba la estatura.

  Entonces cuando escuche ese grito, mi mente se detuvo y solo tuvo lugar para el temor. Era el, enojado y gritando mi nombre, buscándome por todas partes, hasta que llegó al baño y no pudo abrir la puerta, empezó a golpearla para que yo saliera, pero el miedo no me dejo moverme de dónde estaba, ahora sí, estaba perdida.

Siempre contigo. |H.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora