Los golpes se hacían cada vez más fuertes, iba a romper la maldita puerta, iba a ser conmigo lo que él quisiera, empecé a llorar más, pero en silencio, no hacía ningún ruido, no podía.
-Leah, abre la maldita puerta. -dijo arrastrando las palabras, como si se estuviera controlando, pero se escuchaba todo el odio que llevaba.
-No. -dije en voz baja. -No, no, no. -estaba segura que me iba a matar, podría apostarlo.
-Esta bien, tú lo pediste. -dijo eso y se alejó de la puerta, ¿acaso se rindió? No, que equivocada estaba.Se escucho que estaba forzando la puerta, la iba a abrir, empecé a llorar más pero ahora se escuchaban mis sollozos, estaba mi mente totalmente en blanco, no podía reaccionar, hasta que vi que la puerta se abría, ya estaba muerta.
-Te dije que la abrieras pero nunca me haces caso. -dijo muy enojado, estaba rojo de la cara, se acercó a mí y me tomo de nuevo del brazo. Por favor que no me viole.
-Harry, por favor, déjame. -dije con mi rostro lleno de lagrimas.
Harry me voltio a ver con unos ojos llenos de odio, ¿acaso me odiaba? Bueno la respuesta era bastante clara, claro que si.Se detuvo unos momentos a verme, ahora me miraba con lastima, hasta a él le daba lastima, no era sorpresa.
-Leah, amor, no te voy a hacer nada, solo no vuelvas a hacer eso que hiciste. -dijo eso y me soltó, empezó a caminar a mi habitación y se acostó en la cama, ¿me iba a dejar en paz? ¿Ya no me iba a hacer nada?
Lo mire algo confundida, se quitó la ropa hasta quedar en boxers, me voltio a ver y vio que aún estaba algo asustada, se levanto de la cama con su mirada todavía en mi, empecé a asustarme aún más, ¿se habría arrepentido? ¿Me va a hacer daño? Eran preguntas que no salían de mi cabeza.
-Vamos Leah, ven a dormir ya. -dijo tomándome del brazo y tirándome a la cama sin nada de delicadeza, me empezó a quitar la ropa pero no me toco de más, se acostó a mi lado y me abrazo tan fuerte que dolía, puso su cara en mi espalda y fue subiendo hasta mi cabeza, sentía su respiración en mi cuello, yo solo estaba quieta, sin moverme hasta que el empezó a hablar.
-Leah perdón si te trato así, es que no puedo cambiar, siempre eh sido así y me siempre lo seré. No quiero que llores más, desde el primer momento en que te vi sentí que era amor, sentí que tú ibas a ser para mí y yo para ti. No me juzgues, perdón por haberte echo todo esto, es solo que, como ya te dije no puedo cambiar ni quiero hacerlo. Te amo tanto que hasta me duele, no te puedo pensar lejos de mí porque me pongo mal, solo quiero que me obedezcas, en todo Leah, y te vas a ganar un trato mejor, sé que me amas igual, te amo Leah, más que a nada en este mundo. -dijo dejando pequeños besos por mi cuello, yo seguía sin decir nada. -Vamos Leah, di algo.
-Yo no te amo. -dije, y no mentí.
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Siempre contigo. |H.S|
FanfictieNunca se sabe a que nivel alguien se puede obsesionar contigo.