Capítulo 17

483 34 6
                                    


Capítulo 17

Mis sollozos se volvieron aún más fuertes cuando el cabeza de emparedado quiso limpiar mis lágrimas con su mano. Su rostro reflejaba inseguridad y deseo al mismo tiempo, como un niño desesperado por sus dulces en Halloween. Entonces me di cuenta que lo que realmente necesitaba Calum era amor. Amor que le había estado haciendo falta desde hace mucho tiempo y que a pesar de todo aún no se atrevía a pedir.

—Es obvio que tú necesitas algo. Susurré mientras mis lágrimas cesaban. —Pero no es a mí.

Me miró dudando de mis palabras. E intentó acercar su cuerpo al mío aún más. Podía sentir su aliento golpeando mis labios.

—Tú necesitas ayuda. Ayuda profesional. Tragué saliva.

—Yo no necesito de esa mierda.

—Lo haces. La necesitas justo ahora, Calum. Ve y busca rehabilitación. Y si después de que vuelvas a ser tú, la persona que nunca me dejaste conocer del todo, sigue necesitándome, aquí estaré.

Mi corazón estaba a punto de colapsar ante todas esas palabras que nunca pensé que me atrevería a decir.

—No, no estarás. Te irás, como todos lo han hecho.

—No lo haré. ¿Y sabes por qué? porque me importas.

—Me amas.

Lo dijo en una forma tan arrogante que intenté reponerme y seguir hablando coherentemente.

—No. No te amo. Nunca lo he hecho y nunca podré hacerlo si nunca te atiendes.

—¡Mierda! ¡Kristen! ¡Cállate de una buena vez y dame lo que necesito!

—¡¿Y qué es lo que necesitas?! Grité seguido de que él lo hizo.

—Necesito follarte. Necesito saber que eres real. Necesito tomarte.

—Pero yo no lo necesito, Calum. Deja de poner el sexo como prioridad, deja de joderte la maldita polla. Deja de joderte los malditos pulmones. Deja de joderte el maldito hígado. ¡Deja de joderte la maldita vida! ¡Estás a un paso de tocar la tumba y ni siquiera te has dado cuenta!

Abrió aún más uno de sus ojos, ya que el otro seguía hinchado y cerrado por la pelea, y al parecer mis palabras hicieron efecto en él. Sus manos se alejaron de mí y salió de mi habitación echando chispas. Lo había hecho enfadar y probablemente nunca más volvería a estar tan cerca de él como lo estuve en ese momento. Se había ido dejándome desgastada emocionalmente y excitada físicamente. Nunca había tenido un encuentro sexual de esa magnitud. A decir verdad, nunca nadie me había tocado.

Calum fue el primero que se atrevió a desatar eso que pensé que no tenía.

Deseo.

El deseo de encamarme con un chico sin arrepentimientos. También quería follar, pero no con alguien que no recordara lo que había pasado la mañana siguiente. No con alguien que estuviera lleno de metanfetamina. No con alguien como Calum.

Joder.

Sobé mis palmas y observé que las heridas estaban a rojo vivo. Se habían puesto así por el forcejeo con Calum y tenía que lavarlas.

Caminé hacía el baño y empecé a frotar la piel cocida con agua.

Escuché como alguien abría la puerta de mi habitación y di un largo respiro deseando que no fuera quien me imaginaba.

—Kristen, ¿qué pasó?

—Nada.

—Por dios Kristen, me estoy cansando de esto. Dime de una buena vez que es lo que pasa entre Calum y tú. Quiero ayudarte y no me estás dejando. O bien, dime si ya estás harta de mí y si quieres que hasta aquí llegué nuestra amistad.

La única razón (Calum Hood)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora