Visita Inesperada

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Como buena estudiante fui a clase, tenía las dos primeras horas con Nia. Suspiré, sabía que la estaba cagando hasta el fondo con ella, pero ¿qué podía hacer? Sabía que solo era un juguete para ella  y que me usaría y tiraría y mi corazón no estaba preparado para eso. Entré en clase y me senté en mi sitio, al lado de Georgi que me miraba sin entender mi expresión cabizbaja.
Ey, Beca, ¿qué te pasa? No estas como siempre- me susurro mientras acariciaba mi pelo en actitud cariñosa, como un padre que espera que su hijo le cuente cuales son sus miedos.
Nada, luego vamos a tomar una birra y te lo explico, ¿vale?- Digo forzando una sonrisa.
Nia entró en la clase y comenzó a hablar sobre las vertientes de las vanguardias, sobre el videoart y cosas así. La verdad es que yo no le prestaba mucha atención hasta que en un momento dijo que las perforance eran una crítica a la comercialización del arte y que no  se vendían. Entonces reaccioné sin pensar.
Eso es mentira- dije con un tono mayor del que esperaba.
¿Por qué? Argumenta tu respuesta- me miró con cara de cabreo por haberla puesto en evidencia delante de la clase.
Sencillo, las performance se relizan en locales la mayoría de las veces y en estos se paga una entrada. Por lo tanto, se está comercializando al igual que en un museo se cobra una entrada por visitar las obras expuestas. Aunque sin un formalismo académico  se comercializan. -Vi como sus ojos se abrían como plantos y la dejaba sin argumentos.
No es lo mismo, ya que la entrada es mínima, solo para sobrevivir.- intentó revatirme
Dudo que más barata que la del Ivam, museo de valencia donde la entrada cuesta dos euros. - Tocada y hundida pensé y ella se giró sin darme alguna contestación.
Vamos a hablar de la fecha del trabajo que tenéis que entregar- comento- Lo quiero para dentro de 14 días. 
Me ha quitado dos días pensé, la clase ni se inmutó pero yo la mire y gesticule con mis labios un no a lo qur ella contestó que la fecha limite se encontraba en el aula virtual, que podiamos consultarla si no estabamos de acuerdo. En ese momento acabaron las clases y  me dirigí hacia la puerta  para irme a fumar. Cuando bajo por las escaleras me percato de que tenía a Nía detrás de mi, pero no le di imoortancia. Al salir a la puerta me encontré con un chico vestido de militar, no me lo podía creer. Abrí los ojos como platos y salí corriendo hacia él,  salté encima de él y el empezó a reír. Solo podía abrazarlo con fuerza para evitar que se me derramaran las lágrimas.
Ey, pequeñaja, me has echado de menos por lo que veo- dijo él abrazandome tan fuerte que me dejó sin respiración, pero no me importaba estaba con él.
Echarte de menos es poco, estos meses han sido un infierno sin ti- pude articular cuando aflojó el abrazo.- tengo que irme a la siguiente clase, toma las llaves de mi casa y las de mi coche, recogeme a las 10 que tengo tutoría y nos iremos a cenar por ahí.
Él cogió las llaves al vuelo y  me abrazó por última vez, antes de soltarme un tímido "te quiero, peque."
Volví a las clases que s eme hicieron mas que a menenas sabiendo que luego él vendría a recogerme y podríamos  pasar tiempo juntos. Por último me quedaba la tutoría con Nia que sinceramente no me apetecía nada, pero no iba a dejarla tirada.
Al entrar ella estaba sentada mirando a la nada y ni se enteró de que entré.
Hola Nia- dije bajito y ella volvió a la tierra.
Beca, tenemos que hablar- susurró, parecía que le dolía.- estoy cansada de este juego de tira y afloja, de ver como te abrazas o te lias con gente que no soy yo y te juro que ya no puedo más.
Sus palabras se me clavaron muy hondo, a fuego. Nía me gustaba y le estaba haciendo daño con mi comportamiento, fui una gilipollas. Ella siguió...
Hoy al ver como te lanzabas en brazos de ese armario de tío, como lo abrazabas sentí celos fe no poder hacer lo mismo. De no poder acercarme a ti de ese modo. Beca, no sé que me pasa contigo, pero ya no aguanto más esta situación.
Sus palabras me enternecieron, no sabía que decir simplemente me acerque a ella y roce su mejilla con mis dedos.
Nia, no tengas celos de el chico que has visto, es Alex, mi mellizo- ella me miró sorprendida- ha vuelto de una misión en Iraq, ha estado 5 meses. Nunca nos habíamos separado tanto tiempo.
Mis palabras hicieron que Nia se relajase un poco, pero que a la vez se sintiera algo tonta por ponerse celosa de mi hermano.  Una cosa estaba clara, Nia se había declarado y yo tenía que hacer algo.

Por amor al arte. (Profesora & Alumna)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora