Capítulo 18: Reencuentros

126 6 4
                                    

-Vaya, vaya -dijo la mujer mientras golpeaba sus esbeltos dedos contra la mesa de cristal y miraba unos papeles que tenía sobre esta-. Una transferida a Verdad.

La fulminé con la mirada desde la silla en la que estaba sentada, con las manos esposadas.

-Sophie Thompson, ¿no?

-Así es, señora -respondió Joseph que estaba situado detrás mía junto a otro guardia.

La mujer que estaba detrás del escritorio, y que era la que mandaba, era la misma que la que aquella noche nos controló con el suero en Verdad, junto a los líderes de otras facciones.

-¿Por qué te transferiste y ahora vuelves, Sophie Thompson?

-Supongo que os echaba de menos -dije con sarcasmo y fríamente.

La mujer esbozó una ligera sonrisa. Echó su pelo color caoba hacia atrás y se acomodó en su silla.

-Si no vas a aportar nada lo mejor es que preparen una celda a esta señorita.

-¿En qué nivel la colocamos, Gina?

La mujer me miró con sus intensos ojos azules. Eran muy fríos y penetradores.

-Por el momento ponedla en el nivel dos, al menos hasta que hable.

Joseph y el otro guardia tiraron de mí y me sacaron de la sala. Yo me sacudí bruscamente, sin que sirviera de nada.

-Por cierto -dijo Gina antes de que saliéramos de la sala-. Buen trabajo, Orwell.

Joseph asintió con la cabeza y siguió tirando de mí.

***

Me empujaron bruscamente dentro de una celda. Pero no era la típica celda con barrotes y oscura, era una cámara con un sistema de seguridad muy avanzado que para abrir la puerta transparente y gruesa había que introducir un código. Vi cómo lo hacía Joseph.

Podía escuchar levemente lo que decían al otro lado de la puerta, aunque podía verlo a la perfección.

-Yo me quedaré a vigilar -le dijo Joseph al otro guardia.

-Bien -contestó el otro guardia.

El segundo marchó firmemente por el pasillo.

Cuando estuvo lo suficientemente lejos para que no me oyera, di un fuerte golpe en el cristal con la mano.

Estaba muy enfurecida. No me podía creer que Joseph me hiciera esto.

-¡Eres miserable! -le grité con todas mis fuerzas-. ¿¡Cómo puedes hacerme esto!?

Joseph permaneció impasible, mirando al frente.

-Después de todos estos años, no...

-Eso fue en el pasado -finalmente contestó-. Ahora pertenezco a osadía y mis instructores me han enseñado cómo debo comportarme.

-¿Te han lavado el cerebro? Joseph, ¡están locos! Tu no eres como ellos.

-¡Yo soy uno de ellos! -me gritó mirándome a través del cristal con aires de superioridad-. Al fin sé a dónde pertenezco y qué debo hacer.

-¿A qué te refieres?

-He estado toda mi vida perdido, sin saber nada, y al fin me han dado un objetivo.

-¿Matar a gente? ¿Ese es tu objetivo?

-Lo hago por el bien de la sociedad, para mantener un orden y a todos a salvo. Claro que me apena verte ahí, pero tú nos pones en peligro saltándote normas. Y eso lo ante pongo a cualquier lazo aflictivo que hubiera tenido contigo. Además, aún no has dicho cómo llegaste ni qué haces aquí.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 03, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Fanfic Divergente: Una balanza de secretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora