Capítulo 14: Con el agua al cuello

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Intenté levantar otra vez las pesas que tenía delante mía con gran esfuerzo. Solté un leve gruñido a la vez que apretaba los dientes e intentaba subir esa pedazo barra.

Era inútil, no conseguiría elevarla más de un milímetro. "Venga una vez más, Sophie. Inténtalo." Y haciendo caso a mi subconsciente agarré la barra con fuerza y empujé hacia arriba. De repente la barra ascendió y se sentía extrañamente ligera. ¿Lo he logrado? Para mi desgracia no, porque cuando giré hacia atrás mi cabeza vi a Brad sujetando la barra en vez de mis delgados brazos.

Suspiré frustrada y me levante de la máquina de hacer pesas.
-Veo que no vas muy bien con el entrenamiento físico -dijo Brad con una sonrisa juguetona en los labios mientras soltaba la barra.

¿Se estaba burlando de mí?
Le ignoré y fui a coger una toalla.

-Alomejor deberías empezar con alguna pesa de menor tamaño.

-Esas -dije escépticamente mientras me daba la vuelta- eran las que menos pesaban de toda la sala.

Brad volvió a sonreír con esos dientes blancos tan perfectos.

-Seguro que con un poco más de entrenamiento consigues sujetarlas, es tu primer día ¿qué esperabas?

-Poder hacer algún ejercicio, la verdad -dije mientras miraba a otras personas levantando pesas, corriendo a una velocidad que no era normal en la cinta de correr y mujeres que también hacían abdominales desde hace más de una hora.

Me crucé de brazos. Y me apoyé en la pared, como una niña a la que no la quieren comprar una piruleta.

-Seguro que encontrarás otros ejercicios que se te darán mejor -dijo Brad mientras recorría sus ojos por mis piernas.

No se había notado ni nada... Para entrenar usaba unos legins con una camiseta de tirantes que me habían dejado allí. Claro, que era ropa muy ajustada. Nunca había usado este tipo de ropa, en erudición si se hacía deporte te dejaban un horrible chándal azul extra grande.

-¿Qué miras? -pregunté muy borde.

-Nada -respondió Brad con una pícara sonrisa.

-Probaré con ejercicios mentales -dije exasperada mientras me separaba de la pared.

-¿Segura?

Asentí con la cabeza y me llevó a una sala de al lado llena de aparatos electrónicos que no me gustaban.

-Quizás vuelva a probar con las pesas -dije nerviosamente mientras me echaba para atrás pero Brad me cogió del brazo y me llevó para adelante.

-A ver, te explico las máquinas: están la de concentración, la de aptitudes, la de alerta y reflejos, el pasaje del miedo...

-¿Esa es a la que entré en osadía?

Brad asintió con la cabeza.

-¿Y de qué me servirá eso en un simulacro?

-Los divergentes cuando entran a sus pasajes del miedo intentan cambiarlo, porque saben que lo que ocurre ahí no es real.

-Pero... Parecía todo tan real...

-Si consigues controlar tu pasaje del miedo facilitarás un montón el control del suero. Pero no es fácil, el pasaje es la máquina más dura de todas.

-Yo no quiero volver a probarla.

-Haz lo que quieras, pero intenta estar despierta cuando te introduzcan un controlador en el cuerpo.

Fanfic Divergente: Una balanza de secretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora