Capítulo 10: Efectos de una vacuna

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Ahí estaba el libro que resolvió mis dudas, ante mis pies. Y un chico peligroso en frente.

Lo primero que me decía mi cabeza que hiciera es correr. Brad es peligroso y me podría matar, bueno, eso es lo que ponía en el libro.

Me di media vuelta y eché a correr, no quería quedarme con él a solas. Casi no me dio tiempo a avanzar porque un fuerte brazo me sujetó de la cintura para que no me fuera.

-¡Suéltame! -grité con la respiración agitada.

-¡Sophie, cálmate!

Yo estaba pataleando para que me soltara, en un inútil esfuerzo.

-Sophie, te lo explicaré.

Me quedé quieta, ¿qué me iba a explicar?

-No creas nada de ese libro, pero una vez que lo sepas no se lo puedes contar a nadie.

-¿El qué? ¿Que eres divergente? -repliqué.

-Sí, soy divergente, pero no me tienes que tener miedo. -dijo el chico soltándome poco a poco mientras veía que me tranquilizaba.

-Te lo contaré, pero aquí no, deben de estar a punto de venir los demás -dijo Brad casi en un susurro-. ¿Vienes?

Vacilé durante unos instantes pero finalmente acepté no muy convencida. Esto sería un grave error pero había algo en ese chico que me decía que podía confiar en él.

Íbamos a salir de las habitaciones pero me frené en seco.

-Espera -susurré mientras cogía el libro del suelo y lo guardaba debajo de mi cama.

***

Estábamos en el jardín que había encontrado antes. Allí supuse que podríamos hablar sin que nadie se enterara de esto.

-¿Qué me tienes que decir? -le pregunté a dos metros de distancia. Seguía sin convencerme la idea de estar aquí con él.

-Ese libro es mentira, las cosas no son así, Sophie.

-¿Y cómo son? Los divergentes sois unos errores.

-¿Y tenemos la culpa de serlo?

Me callé. Supongo que uno no puede elegir si ser divergente o no.

-Y por cierto, no somos errores. En realidad, ellos están molestos porque a nosotros no nos afectan los sueros que nos inyectan. Podemos manejarlos a nuestro antojo, y ellos no pueden controlarlo. Quieren el poder de todo.

-Pero gracias a eso causaréis guerras, y moriremos todos.

Brad esbozó una leve sonrisa.

-¿Por qué íbamos a causar una guerra?

-No sé...

-Ellos nos intentan matar, Sophie. Intentan aniquilarnos a todos los Divergentes, estoy en peligro. Y si no quieres salir herida lo mejor es que te alejes de mí, que olvides todo lo que te he contado.

-¿Quién quiere mataros? y ¿cómo quieres que olvide todo esto?

En ese momento hubo un ruido que me sobresaltó. Brad y yo nos miramos y salimos corriendo de allí para ver qué estaba pasando.

Fuimos a las habitaciones, estaba a punto de entrar pero el brazo de Brad me sujetó por el hombro.

-Espera -susurró el chico-. Esto no me da buena espina.

Asomamos lentamente la cabeza por la puerta para ver qué estaba pasando.

Toda la gente estaba de pie con la mirada perdida mirando al frente. Nunca me había fijado bien, pero ahora podía ver que éramos un montón las personas que dormíamos en esta habitación.

Fanfic Divergente: Una balanza de secretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora