La Universidad

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Capítulo 1:

(Finn POV)

Desperté, diablos sentía nervios y emoción, hoy será mi primer día en la universidad.
-Apresurate Finn- escuché la voz de mi hermana Fionna al otro lado de la puerta-. No querrás llegar tarde el primer día.
-¡Voy!
Me levanté, me duche y vestí; me puse mis jeans negros, unos converse negros y una camisa celeste con rayas blancas. Tomé mis maletas que había hecho el día anterior, antes de salir de la habitación me detuve y la vi por última vez.
«Regresaré para Navidad... Esperemos»
Cuando bajé la escalera me encontré con mi madre y mi hermana en la cocina, ellas estaban desayunando, cuando me senté vi frente a mi un plato con mi desayuno; huevo estrellado, tocino y para acompañar jugo de naranja.
-¿Dónde está papá?- pregunté mientras daba el primer bocado-. Dijo que estaría aquí.
-Hubo una emergencia en el hospital- contestó su madre Silvia-. Y no hables con la boca llena muchachito.
Fionna soltó una risita, le dedique una mirada de "no te rías boba".
Mi hermana era tan parecida a mamá, había sacado al igual que yo sus ojos azules en vez de los grises de papá, pero ambos teníamos sus cabellos rubios, cuando veía a Fionna veía a mi madre.
Al terminar de comer fui a lavarme los dientes y comencé a subir las maletas y nuestras cosas al auto.
-Fionna son casi las nueve. Es hora de irnos.
Mi hermana bajó de su habitación, siempre se veía tan linda, aunque sólo vistiera sus vaqueros azules y una blusa celeste.
-Mis niños- Mamá nos abrazó, las lágrimas corrían por sus mejillas-. Crecen tan rápido. Escríbanme con frecuencia.
-Sí mamá- dijimos al unísono.
-Su padre les dejó esto- nos entregó una pequeña caja, una celeste con moño azul y una celeste con moño rosa.
Al abrirla me di cuenta de lo que era: un gorro blanco con orejas de oso, desde pequeño había usado uno, pero recuerdo que tanto yo como Fionna perdimos el gorro, ella usaba un gorro blanco con orejas de conejo.
-Cuidenlos mucho- mi madre nos abrazó de nuevo antes de dejarnos subir al auto y marcharnos-. Escríbanme.
Esa fue lo último que escuché a mamá decir.

(Autor POV)

Tardaron cerca de una hora en llegar a la universidad. El campus era extenso y aquella universidad contaba con más de quince facultades, a los hermanos les fascinó aquel campus, había miles de cosas allí, era como una pequeña ciudad.
-Finn, mira- su hermana señalaba un edificio pequeño, era un domo en cual se podía leer: "Icedome"
-Es una pista de hielo- el chico sonrió, sabía que traer su equipo sería útil-. Deben de tener un equipo en ligas menores.
-Sí.
Finn siguió conduciendo por el campus hasta encontrar un lugar vacío frente a los dormitorios.
Al bajar ambos caminaron hasta el registro y se registraron (obviamente, ¿no?) después salieron con la llave de su habitación, la 203 para Finn y la 312 para Fionna.
-Espero tener una compañera agradable y buena- dijo Fionna.
-Yo sólo espero no tener un idiota de compañero.
Cuando llegaron al auto Finn le dijo a Fionna que esperará en la acera mientras él sacaba las maletas.
Fionna miraba alrededor, su mirada pasó por la cafetería de enfrente, había muchos estudiantes, algunos hacían tareas o estudiaban mientras otros solo estaban reunidos para convivir y comer algo.
«Tal vez vaya más tarde, puede que haga nuevos amigos»
La chica se giró y observó el complejo habitacional, era un edificio de seis pisos con 600 habitaciones, uno de los tres edificios color blanco que se usaba para albergar a los estudiantes.
La chica estaba parada a media acera mirando el edificio sin poner atención, Fiona sintió un golpe y el duro cemento, algo o alguien había chocado con ella y la había hecho caer.
-¡Oye, fíjate por donde corres!- Fionna se levantó enfadada mientras se sobaba el codo.
-¡Y tú no deberías quedarte parada a la mitad de la maldita acera!
Frente a ella estaba un joven pelinegro, su piel era blanca, muy blanca, sus ojos rojos sangre casi brillaban.
«Ojos rojos... Extraño» pensó la chica mientras miraba al chico pelinegro que se sacudía el polvo de sus jeans azules gastados y de su camisa roja a cuadros.
-Niña estúpida- gruño el pelinegro enfadado.
-Yo no soy estúpida.
El pelinegro la miró sin decir algo, Fionna sabía que era una mirada de "no me importa, si yo lo digo lo eres" Finn la usaba todo el tiempo.
-Quítate del camino.
-¡Cállate!
-¿Si no, qué?
El joven pelinegro se acercó a ella amenazante, la rubia retrocedió.
-Alejate de ella.
Finn se interpuso en el camino del pelinegro.
-Quítate enano.
-Si tocas a mi hermana, te mataré.
El chico soltó una risotada seca.
-No tengo tiempo para esto, si no me registró me quedare sin habitación.
El pelinegro pasó de largo a los hermanos y entró al complejo habitacional.
-Idiota- dijeron los dos.

La Uni [Fiolee/Finnceline]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora