La Uni [Fiolee/Finnceline]

Pruebas y Sorpresas

Capítulo 5:

Marshall despertó y miró alrededor, el reloj marcaba las ocho de la mañana del sábado veinte de septiembre.
Recorrió la habitación con la vista; ahí estaba Marcy, dormida pero no estaba Finn.
«¿Dónde estás enano?» el pelinegro se levantó con cuidado de no despertar a Fionna.
Se encaminó hacia la puerta, vio ahí una nota pegada en la madera.
"La prueba empieza a las nueve en punto, los veré allá. Finn"
«Las nueve... ¿Prueba?. ¡Mierda! La prueba para el equipo».
—¿Marshall?— Fionna de sentó sobre la cama y recorrió la habitación con la mirada—. ¿Dónde estas?
La rubia vio al pelinegro salir del armario con una gran maleta y un bastón en manos.
—La prueba comienza a las nueve— dijo este mientras terminaba de arreglárselo el cuello de la cazadora—. ¿Vendrás, conejita?
—Sí— contestó—. ¿Dónde esta mi hermano?
—Dijo que nos vería allá— Marshall dirigió una mirada a su prima—. Las veré allá, será mejor que despiertes a Marcy.
—Pero Marsh...
La puerta se cerró sin darle tiempo de protestar.
—Pues ya ni modo.

(Fionna POV)

Marshall había salido de la habitación  y Finn había desaparecido.
Lo mejor seria despertar a Marceline e ir a ver a los chicos, tal vez Marshall se vea bien en uniforme... ¿Qué estoy pensando? Marshall se ve bien en todo momento... ¡¡Basta ya!!.
Tengo que aceptarlo ayer se portó... Muy diferente a lo que creía que él podía comportarse, el primer día pensé que sería un idiota, egocéntrico y narcisista.
—Jajajaja. Lo es— susurré por lo bajo.
Ayer sentí cariño por él, me había sacado de aquella situación con Flame y sobre todo me apoyó mientras estaba en mi momento de fragilidad.
—¿Finn? ¿Marshall? ¿Fi?
Marceline se había despertado y yo seguía parada a la mitad de la habitación sin hacer nada, había tratado de detener a Marshall pero salió con mucha velocidad.
—Aquí estoy Marcy— dije dulcemente—. Los chicos se han ido a las pruebas pero podemos alcanzarlos allá.
—¿Pruebas?
—Para el equipo.
—Ahh claro.

(Autor POV)

La pelinegra la miró con pereza, en sus ojos escarlatas se notaba que quería dormir un par de horas más.
—¿A qué hora es la prueba?
—A las nueve, Marcy.
—Aún tengo una hora para dormir.
Fionna sacudió la cabeza, ella no tenía tiempo para dormir, ahora iría a su habitación, se daría una buena ducha, se pondría ropa nueva e iría a la prueba.
—Eso haré, Marcy...
Al mirar a la chica vio que esta se había quedado dormida de nuevo.
«Igual que Finn— pensó Fionna mientras sonreía—, por eso se llevan tan bien...»
La rubia salió de la habitación y subió a la suya; se duchó, puso ropa nueva, una blusa celeste, vaqueros ajustados negros, converse rojos y un suéter celeste, sobre sus rubios cabellos colocó su gorro blanco dejando el mechón caer sobre su frente y los cabellos caer por su espalda.
«Las ocho treinta, es hora de ir a la prueba, iré a apoyar a Finn y a Marsh... Sí, a Marshall— Fi sintió el rubor que se formaba en sus mejillas—. ¡Basta ya!. Deja de pensar en Marshall».
Fionna salió de la habitación, encontró a Marceline la cual le dijo que la vería en el Icedome, ella asintió y comenzó su camino hacia el edificio.

(Mientras tanto en el Icedome)

Marshall, Finn, Jake y Gumball estaban listos para comenzar las pruebas.
Todos se habían sorprendido al ver entrar a Gumball con las protecciones de portero y su casco rosado.
Simon; él entrenaba el equipo de hockey y a los nuevos que harían pruebas les dio un uniforme blanco.
A parte de ellos había unos veinte jugadores más, algunos eran de primer año y llevaban su uniforme blanco pero otros pocos llevaban un uniforme negro indicando que estaban en su segundo o tercer año.
—¿Listos para ver al mejor defensa?— preguntó Marshall.
—Ja— rió sarcásticamente Finn—. Yo que tu estaría preocupado. Estas a punto de ver al dúo atómico.
Jake y él chocaron puños, Marshall soltó un pequeño gruñido mientras Gumball hacia diferentes estiramientos, el pelirosa era una persona con una flexibilidad impresionante.
—Mira allá, Finn— Jake señaló al chico que estaba entrando a la pista de hielo—. ¿A caso no es...
—¡Flame!— gritó Finn con rabia al verlo.
El rubio comenzó a patinar hacia él, los demás lo siguieron. El pelirrojo no tuvo tiempo de reaccionar, Finn lo había impactado y ambos habían caído, el rubio lo golpeaba mientras el pelirrojo trataba de defenderse inútilmente.
—¡Basta ya, Finn!— entre Jake y Marshall tuvieron que separarlos, los golpes del rubio habían hecho que la sangre brotara de la boca de Flame.
—¡Sueltenme!— el chico forcejeaba con sus amigos—. Le romperé la cara, ¡así cómo el le rompió el corazón a Fionna!
«Romperle el corazón a Fionna— pensó Marshall—. Este idiota lastimó a Fi».
Un silbato sonó y la bola de chicos que se había juntado alrededor de los amigos se dispersó de inmediato.
—Escúchenme, todos ustedes— Simon dirigió una mirada hacia el pelirrojo—. Resuelvan sus peleas el día de hoy, porque después no habrá oportunidad— Simon llevaba puesto un uniforme de entrenador con un halcón pegado en la chaqueta deportiva—. Desde hoy serán un equipo y todos jugarán cómo uno, con la mente de uno.
Todos lo escuchaban atentos.
—Si alguien falla, todos fallan ¿entienden?
Todos asintieron.
—Ahora, muéstrenme lo que tienen.
Simon formó dos equipos, los nuevos (blancos) contra los veteranos (negros).
Finn, Jake, Marshall, Flame y un tipo llamado Jayden McDonald habían quedado en el mismo equipo, ellos componían la primera línea.
Finn era el centro, Jake era ala derecha, Jayden ala izquierda; Marshall era defensa derecho y Flame izquierdo, el portero era Gumball.
«Que suerte para ese idiota— pensó Marshall mientras miraba al pelirrojo—. Si no fuera de mi equipo... Le arrancaría la cabeza».
Finn patinó hasta el centro de la pista para el encare, miró a todos los de su equipo pero centro su atención en Jayden, este era un chico castaño (lo sabía porque su cabello era largo y salía por la parte trasera de su casco) y los ojos tras el visor eran pardos.
—¿Listos?— preguntó Simon.
—Sí— contestó su rival, era Jason Black, centro de segundo año y al parecer un buen jugador.
Finn asintió con la cabeza; le pareció que el tiempo se detenía antes de que ese disco tocara el hielo y diera comienzo al juego.