¿Celosa?

174 9 0
                                    

Fionna y Marshall se dirigían hacia la habitación del pelinegro, la chica iba tomada de la mano del chico, ella aún pensaba en Flame.
«Me heriste...» la chica sintió de nuevo ganas de llorar pero se contuvo, no derramaría más lágrimas por el pelirrojo.
Miró a Marshall, este hizo lo mismo; de nuevo esa sonrisa, Fi se sonrojó al verlo, era tan reconfortante y tan...
«Guapo» pensó ella al verlo, fue entonces cuando se dio cuenta que algo nuevo nacía dentro de ella.

(Mientras tanto en otro lugar del campus)

Finn y Marceline se habían encontrado cerca del Icedome, ambos se habían puesto a platicar y de un momento a otro se encontraron caminando hacia la cafetería para platicar y pasar una agradable y fría tarde otoñal.
—En serio Finn, pareces el héroe de una tierra lejana— dijo Marceline mientras veía de nuevo al rubio—. Debe ser por tu gorro.
El chico vestía una cazadora azul rayada, unos jeans negros, zapatos negros, un chaleco negro y sobre su cabeza, cubriendo parte de sus rizos dorados llevaba un gorro blanco con orejas de oso.
—Estas demente, Marcy.
La pelinegra dio un pequeño golpe en el hombro del chico.
Pasaron los siguiente minutos hablando sobre sus estudios.
Marceline que estudiaba Producción musical le contó sobre sus clase favoritas.
Le encantaban la clases de Procesadores de audio y Producción discográfica.
—Debe de ser bueno aprender eso— dijo el chico—. Tal vez algún día tengas una disquera famosa y quién sabe, tal vez yo sea un músico y tú mi productora.
—Eso sería irónico— Marceline hizo un pausa— ¿Tocas algún instrumento?
—Guitarra.
—Eso es nuevo.
Siguieron con su camino hasta llegar a la cafetería donde se conocieron, Finn entro primero y buscó una mesa vacía; él nunca esperaba que encontraría a una vieja conocida.
El rubio y la pelinegra reían mientras hablaban y bebían malteadas.

Una chica pelirroja divisó al chico desde el otro lado de la cafetería.
«Finn, pensé que nunca lo volvería a ver, ¿Quién será ella? Bueno no importa, Finn es mío y sólo mío»
Se acercó a la mesa sin quitar los ojos del chico rubio con ojos azules, ese chico había atraído a sus ojos verdes en la preparatoria y ahora lo volvía a hacer.
—Hola, Finny— dijo en cuanto llegó a la mesa.
Un escalofrío recorrió el cuerpo de Finn, hace mucho que no escuchaba que alguien le llamará así y sabía que sólo podía ser una persona, sólo una persona le decía de esa forma.
—Hola, Flamina— el chico cambió totalmente; de estar sonriente y alegre había cambiado y ahora su rostro parecía sombrío.
—Ha pasado tanto tiempo.
—Dos años.
Marceline observaba en silencio la escena mientras varios pensamientos pasaban por su mente.
«¿Quién diablos es ella? ¿Por qué lo llamó Finny? ¡La odio! Espera... Estoy... ¿Celosa?»
Marcy sacudió la cabeza mientras la pelirroja y el rubio seguían hablando.
—Fue mucho tiempo Finny.
—Deja de llamarme así.
—¿Por qué?
—Ya no tienes ningún derecho.
—Eso no decías antes— la chica se inclinó hacia el frente—. Cierto, ¿Finny?
El rubio abrió la boca para responder pero la cerró de inmediato.
«¿Quién demonios se cree?» pensó Marceline mientras veía atentamente la escena, la pelirroja estaba tan cerca de Finn que lo podría besar en cualquier momento, la pelinegra en ese momento supo que debía de hacer algo al respecto.
—Disculpa— Marceline atrajo la atención de la pelirroja; Finn seguía con el rostro sombrío—. Estás interrumpiendo nuestra cita.
Flamina la miró sorprendida al igual que Finn.
—¿C-cita?
—Así es Flamita...
—Flamina.
—Me importa un bledo— dijo enfadada Marceline—. Gracias por interrumpir un gran momento, estúpida.
—¡Oye! Yo no soy ninguna estúpida.
—No tengo tiempo para esto.
Marceline se levantó de su silla y tomó a Finn de la mano.
—Vámonos Finn.
Ambos se dirigieron a la salida, en ese momento una idea cruzó la mente de la chica.
«A ver como te queda el ojo»
Marcy se detuvo y miró a la pelirroja la cual los miraba con enojo; lentamente ella se acercó a Finn y unió sus labios con los de él.
Fue un beso fugaz pero solo eso basto para que al separarse y mirar a Flamina esta los mirara horrorizada tratando de convencerse de que aquello no estaba pasando.
«¿Cómo te quedó el ojo? ¡Perra!» Marceline sonrió antes de salir de ahí junto con Finn.
Al salir ambos caminaron aún tomados de la mano, se dirigían al edificio habitacional, solo era cruzar la calle pero en ese momento les pareció eterno.
—Marcy...— Finn la miró, el rubor carmesí seguía en sus mejillas—. ¿Por qué?
La pregunta tomó por sorpresa a la chica, ella lo había hecho sólo para sacar a Finn de ahí, pero el beso... Eso lo hizo... Ella no sabía porque lo hizo.
—Te veías muy incómodo— respondió la chica—. Tenía que sacarte de ahí y...
—¿Y por eso me besaste?
Marceline se sonrojó de inmediato, en el rostro de Finn no había enojo, se notaba otro sentimiento, un sentimiento que Marcy no veía desde hace tiempo: Amor.
—Yo... Yo no lo se.
El rubio la abrazó, ese abrazo dejó sorprendida a Marcy.
—Gracias por sacarme de ahí— susurró a su oído—. Ella es mi ex-novia y terminamos a la mala... En serio gracias.
Se separaron pero aun seguían demasiado cerca; Finn la miró directamente a los ojos.
«Oh glob, es tan hermoso» pensó mientras cerraba los ojos lentamente. Su corazón latía con gran fuerza y aumentó su ritmo aún más cuando sintió los labios del chico unirse con los suyos.
Ese beso fue cálido y apasionado, se separaron hasta que sus pulmones gritaron por aire.
—Lo siento...— dijo Finn avergonzado.
—No te preocupes niño tonto— la pelinegra depósito un beso la comisura de sus labios—. Yo te besé primero.
Ambos siguieron su camino hasta las habitaciones.

Marcy y Finn subieron las escaleras.
—Vayamos a mi habitación Marcy.
Cuando llegaron se encontraron frente a frente con Marshall y Fionna; las parejas se miraron, Marshall y Fi iban tomados de la mano al igual que Marcy y Finn.
Finn miró con desconfianza a Marshall, el pelinegro correspondió a su gesto.
—¿Por qué tomas de la mano a Fi?
—¿Por qué tomas tú a Marcy?
El rubio abrió la boca para responder pero se dio cuenta que lo que dijera también lo usaría él.
Marshall sonrió y abrazó a Fionna de la cintura acercándola a él.
—La verdad es que Fionna y yo somos novios.
La chica se sonrojó mientras Finn y Marcy se quedaron boquiabiertos.
—N-no es cierto M-Marshall— dijo la chica titubeante, se separó de él y dirigió una mirada a Finn el cuál la miraba fijamente.

(Fionna POV)

«Ayy no, Finn me dirigió su mirada de "tengo que hablar seriamente contigo" ¿Qué le voy a decir? Peor aun. ¿Si me prohíbe ver a Marshall? No, no seria capaz... Si es capaz...»

(Autor POV)

—En fin, ¿Por qué tú tomas de la mano a Marcy?— preguntó Marshall.
—Bueno... Yo...
—Finn sí es mi novio— respondió Marceline con completa seguridad.
El pelinegro y la rubia se miraron confundidos.
—Marcy— susurró el chico— ¿Qué diablos?
—¿Qué?— la chica le sonrió tiernamente—. Pensé que me lo habías propuesto con aquel beso.
Finn enrojeció levemente.
—Bien Marcy— el chico la abrazó por la cintura—. Tu novio quiere un beso.
Marceline rió mientras se acercaba a él.
—¡Hey hey hey!— Marshall cubrió los ojos de Fionna con su mano—. Hay niños presentes.
Todos rieron antes de entrar a la habitación.

Pasaron las siguientes tres horas viendo películas, Marshall y Finn habían movido la televisión para que quedara frente a sus camas y así poder verla sin levantarse al incómodo sofá. En la cama de Finn estaba él y Marcy, mientras que a pesar de los reclamos de Marshall (si claro) estaba el pelinegro y Fionna.
Al terminar la tercera película el reloj marcaba las diez de la noche.
—Que película tan...— Fionna tapó la boca de Marshall y señaló a su hermano y a su amiga, ambos se habían quedado dormidos abrazados.
—Lo siento— susurró—. Me iré a dar una ducha y cuando salga te llevaré a tu habitación.
—Sí.
Cuándo Marshall salió de la ducha ya llevaba puestos unos pants azules Adidas y una camiseta blanca.
—Listo conejita— dijo mientras se secaba el cabello—, ahora yo te...
Sonrió al ver a la rubia dormida, parecía una pequeña niña durmiendo después de un cansado día.
Marshall se acercó a ella y acarició sus rubio cabellos.
La chica despertó y lo miró con sus ojos azules.
—Buenas noches conejita.
Marshall se dio media vuelta.
—¿A dónde vas?
—Dormiré en el sofá.
Fionna lo detuvo y lo jaló del brazo.
—No— lo miró con ojos tristes—. Quédate conmigo.
—Fionna, no creo que...
—Por favor.
Marshall suspiró—. Bien, tú ganas.
El pelinegro subió de nuevo a la cama y se acostó a lado de la chica.
—Ya, ahora duérmete Fi.
—Gracias por todo lo que has hecho hoy.
—No tienes que agradecer nada.
—Sí, tengo que hacerlo.
Fionna se acercó a él y depósito un dulce y corto beso en los labios del chico.
—Buenas noches Marshmota.
El pelinegro se quedó perplejo durante unos instantes.
—Buenas noches conejita.
Y así ambos se quedaron dormidos, dando fin a un día lleno de buenos y malos momentos.

La Uni [Fiolee/Finnceline]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora