capítulo cinco

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Semanas después llego con Alan, toco la puerta de su casa y lo espero, con unos ojos llorosos, dolidos y dañados por la reciente escena que les ha tocado presenciar. Finalmente mi mejor amigo me abre y la sonrisa con la que me recibió se desvaneció en un instante y entonces de inmediato me veo envuelto entre sus brazos.

—Jos.—Digo antes de que me pidiera una explicación y con eso Alan sabía todo, tal vez no con detalle, pero ahora sabía la razón de mi llanto. Muy consciente estaba Alan de mis sentimientos por Jos.

—Lo he visto besándose con Noel.—Vuelvo a hablar, esta vez más tranquilo.

efecto invernadero | jalonsoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora