capítulo catorce

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El timbre sonó repetidas veces hasta que abrí la puerta y me encontré a Canela parado ahí y que sorpresa, iba sólo, sin su pegajosa novia.

—Qué sorpresa.—Se lo hice saber, no está de más.

—Lo sé.—Rió incómodo.

—¿Qué necesitas?

Quería llegar al punto pero parecía que él no pues tardó algunos momentos en responder que, personalmente, los sentí como cien años en un paso de caracol.

—No puedo terminar la escuela en paz si ya no me hablas.

—No puedo hablarte si el 99% de tus conversaciones son sobre Noel.

—¿Qué tiene de malo?—Preguntó exasperado.

Esta vez me exalté un poco. —¿No habías sido tú quien notaba que me gustabas? Deja de hacer como si nada sucediera, por una vez.

—No puedo permitirme pensar en lo que hicimos, me sentiría incómodo y no puedo serle infiel a Noel.

Me reí fuerte. —En serio, ignorar los hechos no hará que lo que hiciste se borre. ¿Es todo? —Me alejé de la puerta, dispuesto a cerrarla, ya no quería hablar más con él.

—Nos vemos en la universidad.

Me detuve en seco.

—¿Disculpa?

Jos sonrió burlón.

efecto invernadero | jalonsoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora