capítulo diez

487 93 6
                                    

—Se nace idiota, ¿no?—Pregunté a mi mejor amigo, sentado junto a mí en la banca del parque cercano a su casa. Tenía un refresco en mi mano y bebía de él de vez en cuando.

—No sé como pudiste acostarte con él, Alonso. Tenía novia.

—¿Sabes? No lo recuerdo.

—Espera, ¿qué?—Rió, algo molesto.

Levanté los hombros como un signo de desinterés. —No me acuerdo de ese preciso momento, no me acuerdo de haberme desnudado y dejarme follar por mi amigo. —Para el final de la oración mi tono se mostraba desesperado. Vi de reojo a Alan negar con su cabeza.

—Me dijiste que el te besó, ¿no? Él empezó todo y ahor-

—Cállate. —Le interrumpi cuando vi por lo lejos a un chico acercarse hacia donde estaba. —¿Qué hace aquí?

—Seguramente te pedirá matrimonio. —Comentó Alan sarcástico mientras se ponía de pie y me daba una palmada en el hombro. —Nos vemos, amigo.

Para cuando se despidió, Jos estaba frente a mí.

efecto invernadero | jalonsoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora