Él la miró, mientras ella corría hacia el mar.
-¡Venga, vamos!- Ella entra al agua. -¡Está helada!
Él ríe.
-Tengo que hacerlo.
Él la mira, mientras la empuja haciendo que caiga al agua.
-¡Doblas!
Si no fuera porque el la miró, ella le habría tirado también.