EPÍLOGO.
Desde que aquel día que su amiga se le había declarado, Rubén había intentado enamorarse de ella, pero resultó imposible.
Esa chica, que tan enamorada de su amigo estaba, pudo olvidarse de él, y había conseguido un novio.
A día de hoy, Rubén está enamorado de ella, y a ella ya no le importa verle a su amigo a los ojos.
A día de hoy, son solamente ojos.